ABC – 26/03/15
· Un acusado yihadista dice que el Corán prohíbe atentados suicidas.
Negaron integrar una célula encargada de reclutar combatientes con destino a Siria, pese a que tenían planes para desplazarse a Turquía o a que se les incautó un manual sobre uso de explosivos. Ayer, la Audiencia Nacional fue escenario del primer juicio que se celebra en España contra una red del Estado Islámico acusada de formar yihadistas para enviarlos a zonas en conflicto y contribuir al «califato».
El presunto líder de la célula, Karin Abdeselam Mohamed, afirmó ante el tribunal que condena el «terrorismo» y denunció ser una «cabeza de turco». Esgrimió justificación para todas las acusaciones de la Fiscalía. Así, su plan para desplazarse a Turquía tenía como finalidad visitar «un campo humanitario de refugiados sirios», pero no para «luchar» en la vecina Siria. Recordó que antes le acusaron de pertenecer a Al Qaeda, ahora al Estado Islámico y «cuando salga otro grupo, me acusarán también por ello». «La otra vez trajeron testigos protegidos y testimonios falsos», denunció. Abdesalam Mohamed negó ser un «referente» y haber dado «instrucciones» a vecinos de la barriada del Príncipe para inmolarse en la «guerra». «Está prohibido por la religión matarse a uno mismo. Condeno cualquier terrorismo», respondió a preguntas de su abogado Marcos García Montes.
De modo que si buscó en internet y en una agencia de viajes billetes para desplazarse a Turquía fue para ponerse en contacto allí con una mezquita y visitar un campo de refugiados, pero no para «luchar». Preguntado por el fiscal sobre la propaganda terrorista que se le incautó en su ordenador, en 2013, dijo que era información del conflicto sirio procedente de internet.
Otro de los presuntos miembros de la célula, desarticulada en Ceuta en junio de 2013, Abdelkrim Chaib Abdelaziz, dijo haber servido dos años en el Ejército español. Defendió su inocencia al afirmar que guardaba documentación sobre agresiones a «hermanos» sirios para informarse de su situación. Mohamed Heyouf aseguró que el manual de explosivos localizado en su domicilio podría ser de su hermano «militar», pero no suyo. «Quiero paz en todo el mundo, no solo en esa zona», declaró Mohamed Heyouf, quien proclamó que el Corán «no es violento ni induce a la violencia». Tras él, Tarik Mustafa Hamed justificó los 1.700 euros que le fueron incautados, asegurando que no iban a ser destinados a financiar la yihad, sino a pagar las deudas en las que ha incurrido como padre de cuatro hijos. «La yihad la estoy haciendo yo en mi casa. No me hace falta viajar hasta Siria para hacer la yihad. La estoy haciendo todos los días levantándome a las siete de la mañana para limpiar servicios de subsaharianos, para fregar o para limpiar los cristales de los cuarteles», dijo. «Soy adicto a la droga, me meto coca, me meto pastillas, me meto porros, marihuana, hachís», reconoció el acusado.
Penas de diez y doce años
La Sección Segunda de la Sala de lo Penal comenzó ayer el juicio contra once presuntos miembros del Estado Islámico, acusados de crear y financiar desde abril de 2012 una célula radicada en Ceuta y Marruecos que envió muyahidines a Siria. La Fiscalía solicita penas de entre diez y doce años de cárcel para los miembros de este grupo, que fue desarticulado en junio de 2013 y estaba liderado por Karim Abdeselam Mohamed, «Marquitos», e Ismael Abdellatif Al Lal, «Stifo» para quienes el Ministerio Público pide la pena más alta por un delito de integración en organización terrorista como dirigentes.
ABC – 26/03/15