Tras implicar Fèlix Millet y Gemma Montull a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en el cobro de comisiones irregulares por la adjudicación de obra pública, el ex director financiero del Palau, Jordi Montull, ofreció ayer en el juicio del saqueo de la institución más detalles sobre el cobro de estas mordidas.
En su declaración ante la Audiencia de Barcelona, el ex número dos del Palau relató cómo el porcentaje a cobrar lo imponía el partido y cómo la cuantía fue cambiando a lo largo de los años en los que funcionó este sistema. «Primero era del 3% y después del 4%», reveló Montull. Tal y como había explicado el día anterior Fèlix Millet, su ex número dos confirmó que de ese 4%, un 2,5% iba a parar a Convergència y el resto se lo repartían los dirigentes del Palau.
Ante el cambio en el porcentaje de las mordidas, el fiscal Emilio Sánchez Ulled le preguntó directamente: «¿Subieron la cantidad por el incremento en el coste de la vida?». Y Montull respondió: «No, porque Convergència quería más dinero».
El ex director financiero de la entidad explicó que pasó a ocuparse de los pagos en 2005, cuando falleció el que era tesorero de CDC, Carles Torrent, y fue sustituido por Daniel Osàcar, que también está procesado en esta causa. Hasta entonces, de la entregas se encargaba el propio Millet, que tenía relación con Torrent. Según Montull, a partir de ese momento Osàcar «venía a buscar dinero. Yo lo tenía preparado en un sobre y se lo daba. Lo recogía, lo contaba y se iba». Aseguró que él nunca habló con nadie de CDC sobre las presuntas comisiones aparte del ex tesorero. Tampoco concretó si Millet lo hizo, pero recordó que tenía relación con altos cargos del partido.
Montull relató que en la época del cambio de tesoreros de la formación tuvo una reunión en un hotel con dos dirigentes de Convergència, Jaume Camps y Germà Gordó, junto con Millet, pero que en ese encuentro «no se habló de dinero, igual porque yo estaba delante, hablamos de política y de fútbol».
También aseguró que no hablaba con Ferrovial –la empresa que supuestamente pagó las comisiones– de los porcentajes y que sabía que la constructora había pedido a Millet que presionase para conseguir más adjudicaciones. «Cuando hacíamos las obras en el Palau todo iba cronometrado, entraban los patrocinios y salía el dinero», dijo el procesado, quien supone que CDC hablaba con Ferrovial directamente.
La mano derecha de Millet, que confirmó todo lo declarado por su hija Gemma el día anterior, aseguró que «Ferrovial figuraba como un patrocinador importante del Palau», pese a que sus aportaciones a la institución eran pequeñas. Recordó que las comisiones pagadas por la constructora eran a cambio de la adjudicación de obras como la Ciudad de la Justicia –precisamente, el lugar de celebración del juicio– y la Línea 9 del metro, aunque desconocía los detalles. Sólo explicó que los pagos al partido se hacían en metálico, lo que supuso un problema para justificarlo. Por eso declaró que Millet pidió a CDC «que nos hicieran facturas para justificar el dinero en metálico» con el que pagaban a Osàcar. «No sé si las facturas eran verdad o no, pero nos solucionaban las entregas», remarcó Montull, quien indicó que desconoce los convenios con la fundación CatDem, afín a CDC, firmados para traspasar fondos.
El procesado confirmó también que las facturas de dos empresas que aportaron en las inspecciones de Hacienda en 2008 fueron entregadas por CDC y que otras fueron falsificadas por empresas que hacían obras para el Palau.
Montull también admitió que desvió fondos para hacer obras en su casa y en el domicilio de su hija o para pagar viajes privados. Con todo, defendió a su hija: «Allí el único que mandaba era Millet. Mi hija no tenía poder. A mí el secretario del Palau me llamaba el bombero,ya que si pasaba algo yo tenía que solucionarlo».
Ayer se escuchó también la declaración del único ex representante de CDC procesado, el ex tesorero Daniel Osàcar. Empezó diciendo que «aquí se ha mentido y mucho». «Se han hecho afirmaciones sobre mi persona falsas», dijo, para después negar que nunca fue al Palau a buscar dinero «procedente de Ferrovial», sino que iba un par de veces al año a firmar unos convenios entre la fundación de la institución y CatDem que se habían iniciado en 1999.
Osàcar declaró que este trayecto lo hacía en transporte público y que volvía a su despacho en la sede de CDC «sin billetes en el bolsillo». Al inicio de la investigación del Palau, CatDem devolvió más de 600.000 euros de donaciones. El ex tesorero, que fue colocado por Germà Gordó, indicó que los convenios eran para que el Palau difundiese «catalanidad» a través del partido, ya que eran «un instrumento próximo a la gente». «Era un vehículo para difundir la cultura catalana y no poner música andaluza ni moderna. Se ponía una actuación cultural como una sardana y se impregnaba el territorio de este espíritu», dijo Osàcar. Además, dijo que cree que las acusaciones de Millet y Montull sobre comisiones «son totalmente falsas y se han hecho para justificar el desvío de dinero» que hicieron.
El ex presidente catalán, Artur Mas, defendió ayer a su ex tesorero, Daniel Osàcar, frente a «las mentiras» de Fèlix Millet, Jordi Montull y su hija, Gemma Montull, en el juicio del Palau. Según Mas, es falso que Convergència cobrara comisiones a través de la institución cultural a cambio de obra pública.
El ex president rompió su silencio en un acto de la entidad soberanista Òmnium en Hospitalet de Llobregat. Atendió a los periodistas en la puerta y dijo que el ex tesorero de CDC Daniel Osàcar goza de su «más absoluta confianza», y que la versión que dio ayer ante el juez es «muy honesta, rotunda y clara, en el sentido de que las acusaciones que se le han hecho son pura invención, pura mentira».
A juicio de Mas, Millet y los Montull «mienten» cuando afirman que CDC se financió de forma ilegal porque «es la manera de rebajar sus penas tras haber estado robando dinero del Palau de la Música».
El ex president no tenía intención de hacer ayer más alusiones al caso Palau–hoy tiene previsto ofrecer una entrevista radiofónica–, pero en el turno de preguntas del acto de Òmnium una concejal de Hospitalet le preguntó por la corrupción. El ahora líder del PDeCAT respondió que «hace unos años los donativos de empresas eran legales». «Aquello estaba en la arquitectura legal del país, que se ha ido haciendo cada vez más restrictiva», sostuvo.
A continuación, Mas pidió que no se dé «credibilidad al 100%» a «personas que han confesado delitos muy graves y que están intentando salvarse». En una versión menos contundente que la inicial, añadió: «Con esto no hago una defensa de si nuestro método de financiación era el más adecuado».
El ex president insistió en que Millet y Montull se lo inventan todo para evitar ir a la cárcel. «No demos pábulo a personas que son quienes son». En referencia a Osàcar, a quien defendió a capa y espada, reclamó: «Escuchemos a la otra parte, que dice cuáles fueron los expedientes de adjudicaciones que se alteraron en Cataluña y que después permitieron un trato de favor».
Por lo demás, Mas definió de nuevo a Cataluña como «la Dinamarca mediterránea» buscando un perfil electoral, aunque tras las secuelas que dejará el caso Palau no lo tendrá fácil para volver a la primera línea política. Sin ir más lejos, todos los grupos del Parlament excepto Junts pel Sí se aliaron ayer para forzar que explique en la Cámara la presunta financiación irregular de CDC. Mas ya trasladó ayer su disposición a comparecer.
Los partidos pidieron otras comparecencias relacionadas con el juicio, aunque en este caso no está tan claro que vayan a prosperar. C’s solicitó que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acuda al Pleno a explicar las medidas anticorrupción que ha impulsado. Y la CUP quiere además que el ex conseller y diputado Germà Gordó comparezca sobre el caso 3%.
Los antisistema están actuando con especial contundencia contra Mas, al que se jactaron de haber enviado a «la papelera de la Historia» cuando impidieron que fuera investido y forzaron su sustitución por Puigdemont. Además de unirse a la oposición en la solicitud de comparecencia del ex president por la presunta financiación irregular de Convergència, la CUP pidió formalmente al Parlament información sobre los últimos viajes de Mas a Gran Bretaña y Estados Unidos.
La CUP, además, desea «identificar la cadena de toma de decisiones del Govern en torno a la cobertura comunicativa» de los viajes del ex president, después de que dijese en Oxford que «si un día la CUP gobernara Cataluña, la convertiría en Cuba, el peor escenario». Mas también dijo en Harvard que «la OTAN es y continuará siendo nuestro principal instrumento de seguridad», algo que los antisistema no comparten.