IGNACIO MARCO-GARDOQUI-ABC
- Solo menciono que, en la larga lista de concesiones que obtuvo Bildu a cambio de su voto, estaba el apoyo al circo en euskera
Con muchos más votos que los necesarios, obtenidos gracias al entusiasmo que suscitan en la tropa votante las cabalgatas de los Reyes Magos y con el visto bueno de la Comisión Europea que desde los tiempos de Carlomagno no ha enmendado la plana a ningún gobierno que no sea Hungría, se aprobaron ayer los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año.
Su tramitación fue muy especial. A lo largo de ella, ¿se habló de la reformas necesarias para empujar al crecimiento que se encuentra atascado? Poco o nada. ¿Se debatieron las medidas más eficaces para desbloquear el parón del empleo? Poco o nada. ¿Se plantearon acciones para frenar el coste de la vida? Poco o nada. ¿Se discutieron propuestas para que fluya hacia sus destinatarios el dinero de los fondos europeos que deambula por los interminables cajones de la Administración Sánchez? Poco o nada.
¿Entonces? Entonces se habló mucho de la Guardia Civil en Navarra; de la derogación del delito de sedición por parte de los convictos del delito de sedición; de las selecciones vascas de surf y pelota y de la prolongación del cupo vasco que obvia cuestiones nimias como las aportaciones a los crecientes déficits de la Seguridad Social. Por ser justos, también se habló del necesario y urgente apoyo al circo en euskera.
Y no, no, no se equivoque, yo no he dicho en ningún momento que la tramitación presupuestaria haya sido un circo, solo menciono que, en la larga lista de concesiones que obtuvo Bildu a cambio de su voto, estaba el apoyo al circo en euskera. Y lo digo porque estamos hablando de los Presupuestos Generales del Estado, así que estoy convencido de que esta noticia habrá causado sensación en Jerez de los Caballeros y un gran regocijo en Madrigal de las Altas Torres.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE, el Banco de España, la Airef, los bancos españoles y la propia Comisión Europea, en los matices que acompañaron a su aprobación, han hablado de las debilidades de la economía española en materias tan importantes como el crecimiento insuficiente, el empleo renqueante, el déficit público excesivo, la inflación rampante, la endeblez de los cálculos de ingresos fiscales por culpa de un crecimiento que será menor de lo estimado, de los desequilibrios financieros crecientes del sistema de pensiones y de las numerosas incongruencias que plantean las nuevas figuras impositivas. ¿Y? todo eso, ¿A quién le importa?
Como se le ocurra hablarme de prioridades, vuelvo a lo del circo en euskera. Está avisado.