ABC 29/06/13
· Si ha mejorado el pronóstico, informaría al juez, que podrá dictar su vuelta a prisión.
· Interior, vigilante Quiere comprobar si ha variado el pronóstico por el que los facultativos vascos aconsejaron su libertad Paseo continuo Nueve meses después de decidirse su libertad, «Boli» pasea por las calles de Mondragón.
El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, ha remitido una comunicación al director gerente del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), Jon Etxeberria, en la que le solicita datos sobre el estado actual del etarra Jesús María Uribetxebarria Bolinaga, «Boli», para comprobar si se mantiene el pronóstico que hace casi un año llevó a los médicos del Hospital de San Sebastián a aconsejar su puesta en libertad, aduciendo la gravedad del cáncer que padece, o si, por el contrario, ha mejorado el diagnóstico. En este caso, el Ministerio del Interior, en su labor de vigilante, facilitaría los nuevos informes al juez que es quien puede decidir si el asesino de tres guardias civiles y secuestrador de Ortega Lara sigue recibiendo en prisión el tratamiento del cáncer que padece.
La carta tiene como destinatarios últimos a los miembros de la comisión médica, dependiente de Osakidetza, que aconsejaron que el terrorista continuara la terapia fuera de la cárcel y, en concreto, a los oncólogos allí representados. Instituciones Penitenciarias quiere disponer de un nuevo informe clínico, en el que quede plasmado el tratamiento al que ha sido sometido desde entonces Bolinaga. De esta manera, manejaría la información suficiente y necesaria para el cumplimiento de las obligaciones de seguimiento del etarra que la Administración Penitenciaria tiene legalmente establecidas. Ello, porque al encontrarse en libertad condicional, Jesús María Uribetxeberria sigue siendo un penado.
Casi un año después
En definitiva, Interior pretende saber del Servicio Vasco de Salud si se mantiene el pronóstico vital expuesto en el informe que se elaboró el 16 de agosto de 2012. El diagnóstico señalaba textualmente que en la situación clínica en la que en ese momento se encontraba Bolinaga, calificada como «irreversible», «la mitad de los pacientes fallecen antes de los nueve meses y la posibilidad de supervivencia a los doce meses estaría en torno al 10 por ciento». Es decir, el 90 por ciento fallece antes de que trascurra un año
Sin embargo, la forense de la Audiencia Nacional Carmen Baena mantuvo entonces un criterio diametralmente opuesto al de los facultativos de Osakidetza, órgano dependiente del Gobierno vasco, al sostener que Bolinaga «no estaba en fase terminal» y que «el tratamiento actual del enfermo, a la vista de la sintomatología que presenta, es compatible con ser llevado a cabo por los servicios médicos del centro penitenciario».
Se da la circunstancia de que el colectivo de médicos vascos Haiki Hadi, próximo a la «izquierda abertzale», denunció entonces a la forense. Y en respuesta a ello, el Colegio de Médicos de Madrid difundió el pasado 13 de junio un informe que daba la razón a Carmen Baena, al asegurar que la aplicación de radiocirugía sobre la metástasis del cáncer a la que está siendo sometido Bolinaga se puede llevar a cabo en un centro penitenciario, «con traslados eventuales al hospital, de la misma manera que si el paciente estuviera en su domicilio».
En cualquier caso, sería en última instancia el juez central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, quien decida si Bolinaga regresa o no a prisión, una vez que disponga de los nuevos informes clínicos. Fue este magistrado quien decretó su puesta en libertad condicional a finales del pasado mes de agosto. Una decisión tomada en contra del criterio del fiscal y en medio de una intensa movilizaciónpresión impulsada por los herederos de Batasuna, que utilizaron a Bolinaga como instrumento para solicitar también la excarcelación de otros presos de ETA enfermos.
Lo cierto es que han transcurrido ya nueve meses y el etarra frecuenta bares y pasea a menudo por las calles de Mondragón, en compañía de familiares y amigos. El pasado mes de enero, la cadena de televisión Intereconomía difundió unas imágenes, obtenidas mediante cámara oculta, en las que aparecía Jesús María Uribetxeberria asumiendo que como miembro había causado daño, pero que en ningún caso se arrepentía. El juez concluyó que no había ofendido a las víctimas ni enaltecido el terrorismo.
ABC 29/06/13