Editorial-El Correo
- La jueza que sienta en el banquillo al familiar de Pedro Sánchez por presunto enchufe destapa las artimañas del líder del PSOE en Badajoz
La creación de una plaza relacionada con actividades musicales en la Diputación de Badajoz, en manos del PSOE, y su adjudicación a David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, condujo a la jueza Beatriz Biedma a instruir una causa por prevaricación, tráfico de influencias y nombramiento ilegal que ha terminado por poner en un trance sin precedentes al inquilino de La Moncloa, además de a los acusados. La instructora ha decidido abrir juicio a Sánchez, conocido en su círculo profesional como David Azagra; al responsable de la institución provincial y secretario general de los socialistas de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo; y a otras nueve personas vinculadas a la Administración pacense por el presunto enchufe laboral. Es la primera vez que un familiar directo de un jefe del Ejecutivo se sienta en el banquillo.
Que el procedimiento partiera de la denuncia presentada por Manos Limpias permitió situarlo dentro de las iniciativas judiciales instadas por motivos partidistas y con especial inquina hacia Pedro Sánchez. Solo que la contratación de su hermano y la tarea desarrollada por él en la Diputación presidida por Gallardo están rodeadas de tanta opacidad e interrogantes que la jueza sospecha que la plaza al frente de los conservatorios fue creada poco menos que ‘ad hoc’ para David Sánchez. Pero lo que ha agravado el escándalo ha sido la decisión de Gallardo de dejar la presidencia de la Diputación ‘in extremis’ para buscar su aforamiento como parlamentario extremeño, en un intento deliberado de eludir los tribunales ordinarios. Una maniobra que habría contado con la ‘generosidad’ de quienes formaron parte de la lista socialista por Badajoz en las últimas autonómicas.
Miguel Ángel Gallardo había declarado que, de hacerlo así, lo llevaría a la práctica una vez se cerrase el procedimiento judicial por el que se encuentra imputado junto a David Sánchez. Sin embargo, lo ha hecho sin miramientos. Pedro Sánchez promovió en 2018 una reforma legislativa para que el aforamiento alcanzase únicamente a los actos institucionales de los cargos públicos, y siete años después se muestra comprensivo con la impetuosidad de su ‘barón’. Las artimañas de Gallardo hacen partícipe al PSOE y revelan que hay un bien superior al de la honorabilidad del partido y al de sus simpatizantes. Abierto juicio oral a los implicados en el caso sobre David Sánchez, Gallardo y quienes le amparan demuestran que no hay nada inocente en la política que encarnan.