ABC 14/01/14
EDURNE URIARTE
· Francia practica la tolerancia cero, con el acuerdo entre socialistas y el principal partido de la derecha
No reúno en el título de esta columna a ambos grupos, proetarras y antisemitas, porque tengan algo que ver, que quizá, sino por las distintas actitudes de las élites y autoridades de España y de Francia ante unos y otros. Laxitud y tolerancia en España ante los primeros en nombre de los derechos democráticos y dureza y prohibición en Francia ante los segundos en nombre de los mismos derechos democráticos.
Lo que demuestra, sobre todo, la falsedad de esa exitosa teoría según la cual es prioritaria la defensa del derecho a la libertad de expresión o de manifestación para preservar la democracia, por encima de otros derechos. Y que ha sido abundantemente repetida estos días por los de siempre, los nacionalistas y la izquierda, para defender la necesidad de autorizar la manifestación del sábado pasado en defensa de los etarras o la reunión de asesinos del sábado anterior. Mientras que el Consejo de Estado francés, y a petición del ministro de Interior socialista, Manuel Valls, prohibió, también la semana pasada ¡un espectáculo de humor! del humorista Dieudonné. Sí, un espectáculo de humor, ni siquiera una manifestación, ni mucho menos una reunión propagandística de asesinos que aún no han abandonado una organización terrorista no disuelta. Y no porque Dieudonné sea un asesino o un miembro de una banda terrorista, sino porque este humorista utiliza expresiones antisemitas y hace humor antisemita. Es decir, la veterana y exquisita democracia francesa sí restringe la libertad de expresión en algunos casos, por ejemplo, para evitar las expresiones de antisemitismo.
Lo anterior tampoco quiere decir que Francia vaya por delante de nosotros en estos asuntos. No hay más que recordar lo que le costó dejar de refugiar etarras. O a asesinos de las Brigadas Rojas italianas, y hasta nuestros días, además. Lo que quiere decir es que hay una gran claridad de ideas en las élites francesas, judiciales, políticas e intelectuales, en lo que a antisemitismo se refiere. Se practica la tolerancia cero, sencillamente, y con el acuerdo entre socialistas y el principal partido de la derecha. Y con un alto apoyo social, como demuestra el hecho de que el ministro Valls sea en estos momentos el político mejor valorado de Francia, a pesar de los significativos apoyos cosechados por Dieudonné.