Ignacio Camacho-ABC
- A los que violan la ley (los Jordis), Iglesias los considera demócratas. Al que la cumple (De los Cobos), insurrecto
El partido Podemos firmó ayer un manifiesto pidiendo «la inmediata puesta en libertad» de los Jordis, condenados por sedición en el levantamiento separatista de 2017. Como el partido Podemos lo dirige el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias fue preguntado ayer al respecto durante una comparecencia en Moncloa. Su respuesta fue que estaba allí como vicepresidente y no procedía hacer comentarios, pese a que el escrito insta de forma expresa al Ejecutivo a «poner en marcha» los procedimientos jurídicos -sin mencionar el indulto- que permitan la excarcelación de los célebres convictos. La víspera, en el Congreso, donde intervenía en su condición de miembro del Gabinete, sí se mostró explícito: los calificó de «demócratas» y dijo que le gustaría verlos participando en las instituciones al tiempo que señalaba a un grupo de la oposición como instigador del golpismo.
Esta es la primera premisa objetiva. La segunda es que Iglesias respalda la destitución del coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos por negarse a revelar al ministro del Interior un informe judicial que ambos tenían la obligación legal de desconocer. La conclusión (ergo…) que se infiere de los dos considerandos es que el vicepresidente de la nación siente más estima por quienes violan la ley que por quienes la cumplen. A los primeros los considera demócratas; a los segundos, conspiradores.
Existe además una curiosa y ¿casual? intersección entre un caso y otro. Y es que el coronel De los Cobos era el jefe de las fuerzas del Estado desplegadas durante la insurrección catalana. Y andaba por allí cuando los dos líderes independentistas sitiaron a una secretaria de juzgado en un departamento de la Generalitat al frente de una masa inflamada que asaltó un coche de la GC y llegó a apoderarse de sus armas. Y su sólido testimonio de cargo fue esencial en la sentencia condenatoria, que Iglesias considera «injusta» según sus propias palabras, porque estima que todo aquello -que la Fiscalía sí consideró un golpe de Estado- no fue más que una libérrima manifestación de voluntad democrática.
Más hechos objetivos concomitantes. Los firmantes del citado manifiesto, salvo Junts per Catalunya y la CUP e incluido el PNV, forman el bloque parlamentario que permitió la investidura de Pedro Sánchez. Y la petición formulada coincide casi milimétricamente con la reforma penal anunciada antes de que el coronavirus pusiera la agenda de la legislatura patas arriba: una rebaja de los tipos de rebelión y sedición susceptible de aplicación retroactiva.
El presidente guarda silencio. Su portavoz, María Jesús Montero, apeló a la propiedad disociativa que permite a su aliado expresarse unas veces como caudillo de Podemos y otras, a su conveniencia, como número tres del Gobierno. En la mesilla de noche del César parece haber suficiente Dormidina para que nada altere su sueño autosatisfecho.