Los populares evitarán dar su respaldo al socialista Tontxu Rodríguez en un gesto de ‘castigo’, aunque su elección como alcalde de Barakaldo no peligra
PSE y PP han decidido apoyarse mutuamente en todas las instituciones en las que sus candidatos lo necesiten para empuñar la makila. Tras la negativa en redondo del PNV a alcanzar un pacto a tres bandas, delegaciones de ambos partidos confirmaron ayer que intercambiarán respaldos para facilitar la investidura de sus alcaldes en la sesión plenaria del próximo sábado. Es la única opción que consideran viable para garantizarse las alcaldías donde han sido la primera fuerza sin obtener la mayoría absoluta.
Pero hay una excepción en este acuerdo: el municipio vizcaíno de Barakaldo, gobernado por el socialista Tontxu Rodríguez y aspirante a la reelección. Todo apunta a que los continuos desencuentros que ha mantenido con el grupo municipal popular que encabeza Amaya Fernández le vayan a pasar factura en la investidura. Aunque aún no está definida su posición final, el PP ha llegado a la conclusión de que no va a apoyar a Rodríguez, aunque ese respaldo no es vital para su elección como alcalde.
En un Ayuntamiento de 25 concejales, segundo en población de Vizcaya tras Bilbao, las urnas han dejado el siguiente reparto: PSE (8), PNV (7), PP (5), Bildu (4) y EB (1). Es decir, 13 es el número mágico con el que se llega a la mayoría absoluta. Si ningún candidato logra esos apoyos en la primera votación, alcanza la makila el aspirante de la lista más votada.
A pesar de que la dirección del partido apuesta por la abstención, Fernández insistió ayer en que «no da por cerrada la posibilidad de un cambio», una opción que obligaría a sumar sus votos a los del PNV y, al menos, a los de EB para desbancar a Tontxu Rodríguez. «No hay ningún problema ni en la ejecutiva local ni en la regional porque mi partido ya sabe lo que ha hecho el PSE en Barakaldo en estos últimos cuatro años», advirtió la portavoz del PP.
La cúpula de los populares lo conoce, pero descarta descabalgar a Rodríguez porque esa medida tan drástica pondría en riesgo el anunciado respaldo del PSE donde el PP lo necesita: Vitoria, Oyón -quinta localidad más poblada de Álava- y las Juntas Generales de ese territorio, donde la elección del popular Javier de Andrés dependerá finalmente de Ezker Batua, que medita su respaldo al PNV.
La suma de fuerzas de PP, PNV y EB en Barakaldo no es tan fácil. Aunque los jeltzales parecen decididos a luchar hasta el final por un cambio, la concejala de EB, Amaia Martínez, calificó ayer un posible acuerdo con los otros dos partidos como «lo más antinatural del mundo».
Sin embargo, la decisión del PP de no respaldar al candidato del PSE en el municipio más importante de la Margen Izquierda constituye un simbólico voto de ‘castigo’ y casi una premonición para el mandato que se le avecina, en el que Rodríguez tendrá a toda la oposición encima. El inicio de la legislatura no parece muy halagüeño para él. No es lo mismo ser nombrado con la mayoría absoluta que le podían proporcionar los populares que como cabeza de la lista más votada, pero a solo un concejal de distancia del PNV.
Respaldos en otros pueblos
Barakaldo será la excepción. Socialistas y populares se reunieron ayer en Vitoria para ultimar la estrategia de pactos postelectorales. El acuerdo es facilitarse mutuamente la investidura de sus candidatos más votados. Así lo llevará el PP a la práctica en los ayuntamientos donde el PSE necesita sus votos para retener las alcaldías: Irún, Ermua, Eibar y Nanclares. Posiblemente, su apoyo no sea capital para que los socialistas tomen de nuevo la makila en Portugalete.
Las delegaciones de ambos partidos analizaron el rechazo del PNV a un acuerdo en toda Euskadi capaz de desplazar a Bildu del poder. PP y PSE coincidieron en criticar a los jeltzales al interpretar su negativa como un intento de «reeditar la estrategia del Pacto de Lizarra». En cualquier caso, volvieron a tenderles la mano de aquí al sábado.
La dirección de los populares vascos negó que su oferta de intercambio de respaldos con el PSE sea una extensión del acuerdo que mantienen en Ajuria Enea. «Lo hemos intentado con el PNV, pero no ha querido acordar con nosotros. Y eso que preferíamos pactos más abiertos», explicó un alto cargo del PP.
EL CORREO, 9/6/11