La oposición en bloque exigió ayer la salida del fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix. Como aseguraron distintos portavoces del PSOE, Podemos, Ciudadanos y los partidos nacionalistas catalanes, Moix no puede seguir «ni un minuto más» en su puesto porque ya «no tiene autoridad para perseguir a los corruptos». Después de que se supiera que Moix tiene una sociedad en el paraíso fiscal de Panamá, el Congreso se convirtió en un hervidero en contra del jefe de los fiscales que investigan la corrupción en España.
Los socialistas exigieron a José Manuel Moix que «siga el camino de José Manuel Soria», el ministro que dimitió cuando se supo que tenía vínculos con sociedades radicadas en Panamá.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, utilizó Twitter para exigir la dimisión de Moix. «Surrealista y vergonzoso», aseguró en un mensaje escrito en esa red social. «Moix no puede seguir en el cargo ni un minuto más», concluyó. A media mañana, el Grupo Socialista en el Congreso registró la petición de comparecencia urgente del ministro de Justicia, Rafael Catalá, para que explique cuanto sepa sobre el caso.
Como explicó la portavoz adjunta de los socialistas en el Congreso, Isabel Rodríguez, el fiscal Anticorrupción «ya no tiene autoridad» para perseguir a los corruptos y debe dimitir.
De forma inmediata, los socialistas pidieron la comparecencia de Catalá para que explique «las razones por las que no activa el mecanismo previsto en el Estatuto Autónomo del Ministerio Fiscal» para su destitución. Por la tarde, el PSOE también pidió la comparecencia del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, con el mismo objetivo.
Como recordó ayer Isabel Rodríguez, el Pleno del Congreso reprobó hace dos semanas por amplia maryoría a Catalá, Maza y Moix «y los tres siguen en su puesto».
Unidos Podemos también subió ayer a la presión parlamentaria al Gobierno registrando las peticiones de comparecencia en la Comisión de Justicia del fiscal anticorrupción, del fiscal general del Estado y del ministro de Justicia, a quienes exige explicaciones «claras y nítidas» sobre «todo lo que tenga que ver» con la empresa de Moix en Panamá.
Rotundo fue Pablo Iglesias, que tachó de «vergonzoso» que Moix tenga «intereses» en paraísos fiscales y que aprovechó el escándalo para dar alas a su moción de censura. Iglesias sostuvo que esto le da «una razón más» a su Grupo Parlamentario para insistir en la defensa de la «dignidad», porque es «impresentable» que continúe en el Gobierno un partido que está «parasitando las instituciones de todos los españoles». Iglesias insistió en que es una «vergüenza» que Moix tenga intereses en paraísos fiscales, pues son lugares que sirven para «robar» a los ciudadanos y no pagar impuestos en España. Asimismo, incidió en que su actuación había sido censurada porque en lugar de perseguir a los corruptos, «perjudica» las investigaciones abiertas.
Dos de las tres comparecencias fueron registradas en primer lugar por Izquierda Unida, que forma parte de Unidos Podemos.
Pese a su apoyo parlamentario al Gobierno, Ciudadanos sigue alineado con quienes piden la cabeza de Moix. Albert Rivera exigió ayer a Rajoy encontrar cuanto antes un sustituto para su puesto porque la información sobre su empresa en Panamá «puede ser la gota que se suma al vaso lleno». Así, el líder de Ciudadanos alertó de que un puesto como el del fiscal Anticorrupción tiene que estar ocupado por «una persona sin sospecha» para «no salpicar el trabajo del resto de los fiscales».
En cuanto a iniciativas parlamentarias, Ciudadanos registró la petición de comparecencia de Moix en la Comisión de Justicia. Y avanzó que presentará la próxima semana una reforma de la ley del Ministerio Fiscal para garantizar la independencia de los fiscales.
Compromís también fue contundente contra Moix y contra Rajoy por sostenerlo. «No podemos fiar la vigilancia de la corrupción a una persona que consiente, ensancha y se aprovecha de los paraísos fiscales, ni confiar en un presidente del Gobierno cómplice», aseguraron.
El Gobierno, por su parte, dio su apoyo al fiscal. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, aseguró que desconoce «las cuestiones tributarias o patrimoniales de ningún fiscal». Se mostró dispuesto a comparecer en la Cámara si así lo piden los grupos, pero aseguró que le parecía «un poco inadecuado» hacerlo para hablar del patrimonio de los fiscales.
El presidente Mariano Rajoy, por su parte, respondió con un escueto «sí» cuando los periodistas le preguntaron si sigue confiando en el fiscal jefe Anticorrupción.