EL MUNDO 11/04/14
· Duran propone añadir una disposición adicional en la Constitución que recoja la singularidad de Cataluña y que debería votarse en referéndum
El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el portavoz de CiU en el Congreso y número dos de la coalición, Josep Antoni Duran Lleida, emplazaron ayer al Gobierno de Mariano Rajoy y al PP a «negociar ya» con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y con el resto de fuerzas políticas el encaje de Cataluña en España porque «el tiempo apremia».
Los dos dirigentes se oponen a la independencia de Cataluña y ambos resaltaron «la urgencia» del diálogo, dos días después del debate sobre el referéndum que se celebró en la Cámara Baja y ante el anuncio de la convocatoria de la consulta soberanista el 9 de noviembre. «El tiempo corre, se echan encima las elecciones europeas y el verano y hay que encontrar una salida cuanto antes», resaltaron fuentes de ambos partidos.
Rubalcaba y Duran mantuvieron una reunión de casi 40 minutos en los pasillos del Congreso y a la vista de los periodistas, que les pudieron ver a una prudencial distancia. Como explicaron fuentes tanto del PSOE como de CiU, los dos dirigentes coincidieron en que «estamos ante un problema político muy importante» que sólo se puede abordar «desde el diálogo».
Así, en su opinión el no jurídico que desgranó con detalle Rajoy en el Pleno del Congreso del martes no resuelve el «grave problema político» que tanto el PSOE como CiU destacan que existe entre Cataluña y el resto de España. Un problema que, lejos de diluirse, se ha enconado con el tiempo, como Duran y Rubalcaba habían advertido que ocurriría.
El líder de Unió Democràtica ha avisado varias veces de que «la cerrazón» del Gobierno de España puede provocar que los sectores más independentistas de CiU consigan que se convoquen unas elecciones plebiscitarias, con una posterior declaración unilateral de independencia. Él y Rubalcaba quieren huir de ese escenario y los dos coinciden en que el camino para salir de esa vía muerta pasa por el diálogo.
Por eso, los dos líderes se comprometieron ayer a «empeñarse» en abrir ese diálogo, hasta ahora cerrado ante la actitud del Ejecutivo y del PP de rechazar la consulta porque no es legal, sin aportar vías de salida al Gobierno catalán.
Rubalcaba ya dijo en el Pleno que va a hacer todo lo posible para convencer a Rajoy de que abra una negociación con la Generalitat. Y Duran, por su parte, quiere tender puentes con el Ejecutivo catalán.
Por último, las dos fuerzas políticas –que representan al segundo y al tercer grupo parlamentario del Congreso, tras el PP– entienden que ese diálogo «tiene que empezar ya porque el tiempo apremia».
Fuentes socialistas remarcaron que el debate del martes sirvió para clarificar posturas. El Gobierno marcó las líneas rojas que no está dispuesto a que se traspasen y explicó los fundamentos jurídicos del no de la Cámara al traspaso de una competencia –la de celebrar referendos– que es «indelegable». El PSOE y CiU, por su parte, incidieron en la necesidad de negociar para salir del actual punto muerto.
Como explican desde las filas socialistas, la hoja de ruta actual la fija cada día el Gobierno de la Generalitat. Por el contrario, el principal partido de la oposición entiende que deberían ser todas las fuerzas políticas las que se sentaran a dialogar para buscar las reformas que hagan posible el encaje de Cataluña –y de algunas de las reivindicaciones nacionalistas– en una nueva Constitución.
El portavoz adjunto de CiU en el Congreso, Pere Macias, de CDC, destacó en conversación con este diario que hay una condición indispensable para CiU y el Govern: que el resultado del diálogo sea después sometido a consulta entre los ciudadanos de Cataluña. Una consulta que podría ser nacional tras un cambio de la Constitución.
Antes de su reunión con Rubalcaba, Duran apuntó en Onda Cero una solución: aprobar una nueva disposición adicional de la Constitución que refleje la singularidad de Cataluña. Una adenda que podría fijar las competencias exclusivas de la Generalitat en materia de educación, lengua y cultura, según apuntaron fuentes de CiU.
El partido de Artur Mas también querría que la Carta Magna reconociera en esa disposición «los derechos históricos» de la Generalitat de Cataluña e incluso una financiación especial para esta comunidad que recogiera los principios de justicia, equidad y solidaridad.
Macias, portavoz del partido de Mas en el Congreso, entiende que esa propuesta no formal podría ser «una idea para empezar a hablar» sobre el nuevo encaje de Cataluña en el Estado. Además, destacó, «tendría una virtud: al ser una reforma constitucional sería después sometida a consulta y referéndum en todo el Estado, y también en Cataluña». Con ello se pondrían las bases de un nuevo pacto refrendado por el pueblo catalán que podría resolver el conflicto para las próximas décadas.
Duran sigue jugando un difícil papel en el problema. Contrario a las tesis independentistas del Gobierno de CiU, es favorable a la consulta y apuesta por potenciar el diálogo para acercar posturas y alcanzar un nuevo pacto constitucional que garantice una mayor autonomía y un reconocimiento del estatus especial de Cataluña dentro de España.
El líder de Unió aseguró que si CiU plantea la posibilidad de una declaración unilateral de independencia tras unas elecciones plebiscitarias, él tendrá que pensar «muy claramente» qué hacer. «Si un día CiU se presenta a unas elecciones y el objetivo es, al día siguiente, declarar unilateralmente la independencia, algunos tendremos que pensarlo muy claramente», advirtió.
Más allá, por la tarde afirmó en un acto que su partido, Unió, «nunca» dará ningún paso ni participará en ningún proyecto político que deje a Cataluña fuera de la UE. «Nunca haremos nada para que Cataluña quede fuera» de Europa, porque «Europa nos protege», manifestó en Barcelona, informa Efe.
Rubalcaba, por su parte, piensa continuar tomando el pulso a la sociedad catalana, al mismo tiempo que expone la propuesta de reforma federal de la Constitución. En los últimos meses ha viajado varias veces a Cataluña. Allí se ha reunido con Mas, con empresarios, la patronal catalana, el Círculo de Economía y con los sindicatos. En Madrid, mantiene todos los cauces de diálogo con Rajoy abiertos sobre este tema, aunque tras el debate del martes no ha vuelto a hablar con el presidente del Gobierno. Ante el resto de la Cámara, en el Pleno se comprometió en tratar de convencer a Rajoy para que abra un proceso de diálogo.
Desde las filas socialistas, el ex ministro Miguel Sebastián propuso ayer una reforma constitucional mucho más profunda, en la que se deberían dejar sólo tres comunidades autónomas –las históricas Cataluña, País Vasco y Galicia– y diluir todas las demás.