Puelles denuncia que el Ejecutivo vasco persigue la «paz amnésica» y «una amnistía encubierta»

EL CORREO 20/06/13

La familia de Eduardo Puelles, el policía nacional asesinado hace cuatro años en Arrigorriaga por un comando etarra, aseguro ayer que el plan de Paz y Convivencia del Gobierno vasco aboga por «una paz amnésica» que legitima la «historia sangrienta de ETA» y sólo tiene «memoria» para beneficiar «al nacionalismo vasco y sus pretensiones políticas de independentismo». Durante el acto anual de homenaje celebrado en el lugar en el que una bomba colocada bajo su vehículo acabó con la vida del agente, su hermano Josu denunció el ímpetu del Ejecutivo del PNV «por dar crédito democrático a los que ni han condenado, ni condenan, ni condenarán» los crímenes de la banda terrorista.
Rodeado de medio centenar de personas, en su mayoría familiares y amigos, Josu Puelles consideró que las consecuencias del «autodenominado ‘foro social’» y el plan de paz de Lakua juegan «a la equiparación de las víctimas, a la equidistancia ética y moral de los medios utilizados por un Estado de Derecho y unos terroristas». Señaló también que el borrador del plan «es capaz de rememorar cruentos agravios de la Guerra Civil de hace más de setenta años», pero se niega a «recordar y condenar los asesinatos de ayer».
En su opinión, en el fondo de estas iniciativas figura el objetivo de «travestir con buenismos, con buenas palabras, una amnistía encubierta y una impunidad» que legitime toda la historia sangrienta de ETA. Puelles estimó que el Gobierno vasco se empeña en apoyar «a quienes sólo han acumulado déficits y deudas políticas y sociales con las víctimas y el Estado de Derecho».
El portavoz sostuvo que a los damnificados no les confundirán «ni la retórica utilizada en vacuos reconocimientos del daño, ni peticiones de perdón, ni alambicados funambulismos de ingeniería social reduciendo la cualidad de las víctimas del terrorismo nacionalista a un mero saldo contable de ‘debes’ y ‘haberes’ de presuntas vulneraciones de derechos humanos». Subrayó que «sólo la exigencia puramente democrática de la asunción de la culpa, la condena de los medios utilizados para los fines políticos que pretenden conseguir, la colaboración con la Justicia en los asesinatos sin resolver y la aceptación de los valores de nuestro Estado de Derecho pueden servir para empezar a reconocer crédito democrático alguno a aquellos que impostaron y pretenden eludir sus condenas y laminar su pasado sangriento. Nos habrán podido asesinar, secuestrar y deslocalizar, pero jamás nos engañarán», finalizó Josu Puelles.
El homenaje a Eduardo Puelles contó con la ausencia de representantes del Ejecutivo de Urkullu y del PNV, formación que tampoco estuvo el pasado año. Si asistieron la presidenta del PP, Arantza Quiroga, la parlamentaria popular Nerea Llanos, el concejal del PSE-EE en Bilbao Alfonso Gil y el exdelegado del Gobierno en el País Vasco, el también socialista Mikel Cabieces. La viuda del agente asesinado, Paqui Hernández, y sus hijos Rubén y Asier, encabezaron una ofrenda floral bajo los acordes de la canción ‘Song of the siren’ del grupo británico This Mortal Coil.