EL CORREO, 20/6/12
Afirma, durante la ofrenda floral a su hermano, asesinado hace tres años, que son una pura «estrategia» sin «arrepentimiento»
Josu Puelles rechazó ayer los encuentros entre víctimas y presos de ETA porque considera que no aportan «absolutamente nada» a los damnificados y solo sirven para «humanizar» a los terroristas a ojos de la sociedad. «Mirar sin odio a los asesinos es empezar a indultarlos», exclamó ayer Puelles durante el acto de homenaje a su hermano Eduardo, asesinado por ETA hace tres años en Arrigorriaga. La familia de Puelles realizó una ofrenda floral y guardó quince minutos de silencio en el mismo aparcamiento en el que explotó la bomba lapa que los terroristas adosaron a los bajos del vehículo del inspector del Cuerpo Nacional de Policía; el mismo lugar en el que la pasada semana los «acólitos etarras» pintaron el anagrama de la banda en un macetero colocado en memoria de la última víctima mortal de la banda en Euskadi. «Esta es la clase de convivencia que nos espera», lamentó.
Junto a una gran fotografía de su hermano, Puelles se mostró muy crítico con el plan de reinserción de presos del Ministerio del Interior y los ‘cara a cara’ entre reclusos y víctimas. Su profundo rechazo a estos encuentros se debe a que ayudan a «bajar el listón» para conseguir beneficios penitenciarios y a que, además, son «altamente perjudiciales» para las personas que han sufrido la violencia etarra.
Puelles está convencido de que estas iniciativas solo sirven para hacer la «salsa gorda» a la izquierda abertzale y a los presos, que lo «único que quieren es redimirse con estos encuentros». Detrás de las entrevistas, insistió, «no hay una convicción real de arrepentimiento», ni deseo de pedir «perdón», ni voluntad de fomentar la «reconciliación». Lo que se esconde es «pura estrategia», «puro interés personal», por «facilitar» los excarcelamientos e impulsar la «impunidad terrorista». «Nosotros no vamos a participar en ningún paripé», porque la «mejor prueba» para creer el propósito de enmienda de los terroristas sería que se «sometiesen al Estado de Derecho» con todas sus consecuencias.
«Equiparar violencias»
Puelles tampoco ahorró reproches hacia los planes de convivencia impulsados por el Gobierno vasco porque «mezclan diferentes víctimas» que «no tienen nada que ver en sus orígenes». A su juicio, lo único que se consigue con estos proyectos es «equiparar todo tipo de violencias» y daminificados. Y esa es precisamente la «estrategia de ETA y de la izquierda abertzale».
Durante su discurso, el hermano del inspector asesinado no quiso dejar pasar la oportunidad de denunciar la «desidia» del Ayuntamiento de Arrigorriaga, gobernado por el PNV, por el hecho de que, tres años después del atentado y del acuerdo municipal para dar el nombre de Eduardo Puelles a una plaza de la localidad vizcaína, la familia siga sin tener ningún tipo de «comunicación» con los responsables del Consistorio sobre el asunto. Esto demuestra, censuró, «la sensibilidad real de estos consistorios nacionalistas hacia las víctimas del terrorismo». La familia de Puelles estuvo arropada, además de allegados y amigos, por la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, por el líder del PP vasco Antonio Basagoiti, y por diversos cargos del PSE, EB y UPyD. También participaron el Jefe Superior de Policía, Fernando Amo, y el jefe de la Ertzaintza, Toño Varela.
EL CORREO, 20/6/12