ABC 30/08/16
· El soberanismo admite «cansancio» antes de la Diada y la cuestión de confianza
Con una mirada puesta en lo que suceda en el Congreso de los Diputados, la política catalana afronta su septiembre más decisivo. El gobierno de la Generalitat celebra hoy su primera reunión tras las vacaciones encarando unas semanas con dos fechas en rojo: una Diada del día 11 que el soberanismo admite que afronta con cierto «cansancio», y la trascendental cuestión de confianza a la que Carles Puigdemont se someterá el día 28. Se presentan semanas decisivas para un movimiento independentista que lo fía todo a que la CUP y Junts pel Sí rearmen un frente ahora descompuesto.
«Punto de inflexión» ERC corteja a Colau, a la que ven más próxima al soberanismo pensando en el asalto a la Generalitat A la baja La Diada del día 11, que se prevé menos masiva, será una reivindicación del referéndum unilateral
Una vez que ERC y el Partit Demòcrata (PDC, la antigua CDC) asumieron como propia la estrategia de la unilateralidad que les exigía la CUP, toda la presión se dirige ahora hacia los antisistema, a quienes se reclama que vinculen el apoyo a la moción de confianza con la inmediata aprobación de los Presupuestos.
Primero, los Presupuestos
Los gestos de aproximación entre unos y otros son evidentes y, por ejemplo, el líder de ERC y consejero de Economía, Oriol Junqueras, ya ha apuntado que vería lógico incluir en los Presupuestos de 2017 una partida para la celebración de un referéndum unilateral de independencia. Hay ganas de encontrarse, aunque la presión de la CUP, que exige incluso poner fecha a dicho referéndum (junio de 2017), incomoda visiblemente al resto de partidos, de manera notoria al PDC. Ayer mismo, la coordinadora general de la formación que preside Artur Mas, Marta Pascal, avisó a la CUP de que si Puigdemont no supera la cuestión de confianza la situación «será difícil de gestionar». Pascal recordó en cualquier caso que las conversaciones sobre un referéndum unilateral deben situarse después de la misma y de los Presupuestos, y no antes.
Entre los partidos y asociaciones independentistas se tiene claro que si Puigdemont no supera la cuestión de confianza, las elecciones autonómicas que deberían convocarse a continuación pueden ser el rejón de muerte para el proceso soberanista.
El papel de Colau
Es en este contexto en el que se leen los últimos movimientos de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ahora más contemporizadora con el soberanismo y que este otoño quiere ya tener armado la confluencia política (Barcelona en Comú, ICV, Podem…) con la que intentar el asalto a la Generalitat. Colau ha manifestado que ve más motivos que nunca para acudir a la manifestación independentista de la Diada, algo que ha enojado a sus socios de ICV, ahora en el Parlament totalmente enfrentados al polo soberanista.
Ahí precisamente es donde el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, trataba ayer de meter cuña, asegurando, aludiendo a la postura de Colau, que ve en Catalunya Sí que es Pot (CSP) un «punto de inflexión» que podría llevar a la confluencia de izquierdas a participar del debate de los Presupuestos de la Generalitat permitiendo su aprobación inicial. En el seno de CSP se niega que haya habido un cambio de postura respecto a los Presupuestos. En medios políticos catalanes se subraya también el intento de aproximación de ERC a la órbita Colau, oteando un nuevo escenario si finalmente Cataluña se ve abocada a unos nuevos comicios. Todo está abierto.
Antes de que eso suceda, en dos semanas la Diada servirá de termómetro del ánimo secesionista, ahora más bien decaído. Con la demanda del referéndum unilateral de independencia como principal reivindicación, se espera un 11-S menos masivo.