No fue la única alusión implícita al proceso independentista de Cospedal antes de visitar la exposición Ingenieros, soldados y sabios en el edificio del Gobierno Militar de Barcelona, ya que también afirmó que trabajará siempre para aproximar posturas frente a los que quieren la división. «La unión, es bien sabido y lo saben muy bien los militares, es lo que hace la fuerza. Esta lección no se nos puede olvidar nunca», señaló la ministra, quien remarcó que «la unidad no está reñida con la pluralidad» y que la integración hace más fuerte a todos los ciudadanos.
Las palabras de Puigdemont provocaron el rechazo de la oposición en el Parlament. La líder de Cs, Inés Arrimadas, afirmó que Puigdemont muestra persistencia para «hablar del monotema», el proceso independentista, en vez de serlo para hablar de los temas que interesan «a todos los catalanes». El secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, fue más allá y destacó que «no es comparable la lucha contra una organización terrorista con una aspiración legítima de independencia» e instó al presidente a excusarse «ante todas las víctimas de ETA». El líder del PP catalán, Xavier García Albiol, afirmó que Puigdemont tiene la «mente pervertida», ya que «esa comparación es una vergüenza y un insulto a las víctimas de ETA en Barcelona, además de una provocación para todos los catalanes que apostamos por la democracia».
Todo ello ocurría mientras Barcelona rendía homenaje a los 21 fallecidos y 46 heridos del atentado de Hipercor tres décadas después. Puigdemont y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pidieron disculpas a las víctimas por el trato dispensado desde las instituciones en este tiempo que ha transcurrido desde que tuvo lugar la mayor masacre perpetrada por ETA.
Colau, que inicialmente no tenía previsto acudir al homenaje celebrado ayer, pidió «perdón porque la instituciones no siempre han dado suficiente apoyo a las víctimas del peor de los atentados ocurrido en Barcelona». La alcaldesa subrayó que las víctimas «han tenido que padecer el olvido» y expresó su «más profundo respeto a su memoria».
También Puigdemont entonó el mea culpa y admitió que «las instituciones no siempre han estado a la altura de las víctimas, no sólo desde el punto de vista económico, sino de reconocimiento». «Os debemos un abrazo», concluyó el president. Este acto también contó con la presencia del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, quien reclamó la unificación de los derechos de todas las víctimas europeas ante la amenaza global del yihadismo y prometió a los afectados de Hipercor que el Gobierno «mantendrá la verdad del relato» y siempre estará «al lado de las víctimas y contra los verdugos».
En este acto celebrado en Barcelona, Puigdemont fue abucheado por un grupo de ex legionarios presentes en el homenaje cuando iba a tomar la palabra para dirigirse a las víctimas. El presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas, José Vargas, intercedió y reclamó que permitiesen continuar a Puigdemont, dado que no estaba protagonizando «un acto político, sino participando en un homenaje». La protesta quedó abortada de inmediato.