Miquel Giménez-Vozpópuli
Es usted demasiado inteligente como para decirle a su electorado “Lo importante es el qué”
Uno comprende que Sánchez busque desesperadamente el apoyo de Junts y su capitoste Puigdemont hasta el extremo de no replicar a Miriam Nogueras, alias boquita de piñón, cuando esta le suelta en el Congreso “A ver si mueve el culo, presidente”. Que esos siete escaños que han llevado junto a Esquerra, PSC y otras hierbas a la postración de Cataluña se chuleen de un tipo que hará lo que sea con tal de no abandonar Moncloa lo sabemos. Digo más: que Pepe Álvarez viaje a Waterloo para implorarle al representante de la ultra derecha supremacista catalana que le ayude en la reducción de jornada tampoco extraña porque la UGT ya se mostró favorable al referéndum, al procés, a la independencia y al Dios que los menea a todos.
Esas complicidades hace tiempo que se forjaron y lo que vemos a día de hoy no es más que su consecuencia, como lo es que Illa haya hecho suyo el programa de los republicanos para gobernar y que la paz social, que dice Sánchez, que reina en Cataluña sea la paz de los sepulcros, porque el constitucionalismo está muerto y enterrado en mi tierra; también lo estamos los catalanes que discrepamos, los que no aceptamos al régimen separatista, los que decimos que el socialismo catalán es un separatismo que sabe usar la paleta de pescado y, en fin, los que no nos rendimos ante lo que se nos quiere hacer pasar por inevitable.
Repito, eso es lógico atendiendo la catadura moral -escasísima- de quienes nos gobiernan, los que cometieron traición al prometer acatar una Constitución y han acabado empleándola como el papel Scottex. Pero que Alberto Núñez Feijoó, presidente del PP, ganador de las últimas generales, que gobierna en la mayoría de CCAA y ayuntamientos españoles, Feijoó, repito, que ahora chicolee al del flequillo me parece gravísimo.
Es usted demasiado inteligente como para decirle a su electorado “Lo importante es el qué”, en referencia a posibles acuerdos con los golpistas de la estelada
Mire usted, don Alberto, abrir una “línea de comunicación” con Junts es algo más que un error: es una estupidez digna del que asó la manteca. No puede usted pretender ignorar quienes son esta gente, qué pretenden y los fines que les mueven. Es usted demasiado inteligente como para decirle a su electorado “Lo importante es el qué”, en referencia a posibles acuerdos con los golpistas de la estelada. No es cierto y, además, es desmotivar a quienes depositaron sus votos esperando algo más que contemporizar y templar gaitas. Que ustedes argumenten que tienen conocimiento de que su votantes no les van a penalizar por llegar a acuerdos con el del maletero es una bobochorrada del tamaño de la Catedral de Burgos.
Ese relativismo practicado por Aznar con la Convergencia de Pujol no es trasladable al momento histórico presente y usted lo sabe. Como también sabe que tragar con el reparto de menas, aceptar imposiciones lingüísticas o de memoria histórica no fue para lo que le votaron. Ni tampoco reivindicar el andaluz, el extremeño o cualquier otra variante del español como lenguas propias. Quiero creer que lo hace por un calculo político, a mi juicio colosalmente erróneo, y que quienes le aconsejan tienen, al menos, el graduado escolar. Porque si fuera cierto que usted piensa que es bueno para España lo anteriormente dicho, mal vamos. Muy mal. Y permítame una advertencia: que Aznar le diera todas las satisfacciones a Pujol llegando a decir que hablaba catalán en la intimidad, previo desmantelamiento del servicio militar, los gobernadores civiles, la patente de corso para que La Famiglia siguiese con sus tropelías y la defenestración infame de Vidal Quadras no supuso que, a la que pudieron, sus herederos diesen un golpe de estado en toda la regla.
Cuidado, mucho cuidado, porque los españoles están hasta las meninges y pueden desencantarse del todo con los partidos -véase la DANA– y retirarse a sus domicilios jurándose que jamás volverán a votar. ¿Sabe a qué conduciría todo eso? A tener a Sánchez en la Moncloa hasta que él quiera. También podría pasar que los votos del PP se fueran a VOX. Fuese como fuese, usted saldría perdiendo. Recuerde el dicho: Cognosco melior, Facio Taliter.