Miquel Giménez-Opinión

Cincuenta mil kilitos de para que los nenes estén contentos y no retiren sus siete votos al Omnímodo Líder

Debe ser dificilísimo defender a este gobierno, bien sea desde el escaño, bien mediante artículos de agit-prop. Lo digo por los sufridos plumillas a sueldo del sanchismo y otras hierbas que ven como el fugado de Waterloo dice que sí, que muy bien que le hayan condonado a la generalidad 17.000 millones y pico y que tanto la Abogacía como la Fiscalía pidan al Supremo que se le amnistíe por el asunto de la malversación. «No fue por lucro personal», dicen. Y luego está la inconstitucional cesión del tema de la inmigración, que vaya tela con el asunto. Pero el citado, todo y que está de acuerdo con eso, con los indultos, los amnistiados, la sumisión y entrega total del gobierno del PSC a las tesis separatistas, cachis, no acaba de estar contento.

Es por esa desazón del muchacho que ahora va y se descuelga diciendo que si Sánchez quiere sentarse con Junts a pactar los presupuestos generales del Estado o de lo que va quedando del mismo, y cito textualmente al portavoz cocomochero Josep Rius: «No negociarán hasta que se paguen los 50.000 millones de euros a los que asciende la deuda pendiente con Cataluña en materia de infraestructuras». Y ha añadido que ve muy difícil que puedan acordar los presupuestos en este año. Ahí es nada. Cincuenta mil kilitos de para que los nenes estén contentos y no retiren sus siete votos al Omnímodo Líder.

Ya no es que sea un delincuente líder de un partido golpista de extrema derecha el que decida cómo se gobierna España, que también. Tampoco que hayan dejado a Cataluña sometida al diktat de su funesta ideología, que pronto pedirá el C1 de catalán hasta para ir al baño en un local público. Fem caca en català podría ser el eslogan, los veo venir. O que en el Congreso existan esos estúpidos pinganillos con los consiguientes traductores para que la señora Nogueras se cisque en todos los españoles en vernácula. Ahora piden cincuenta mil millones más. No es que servidor sea profeta, pero dije hace solo una semana en el programa ‘Horizonte’ que esta harka no desea la independencia.

Lo que pretenden es vivir de España y que ésta les pague la fiesta sin tener que darle cuentas

Esta nueva demanda lo confirma. El tal Rius lo ha rematado con un amenazante: «No negociaremos hasta que nos paguen lo que nos deben. Hemos de decir hasta aquí». Hombre, en eso estamos de acuerdo. Porque es el gobierno, si lo hubiera o hubiese, quien debería decir eso: hasta aquí llegaron las aguas. Lógicamente, Sánchez no lo va a hacer porque sabe que si quiere seguir en la presidencia debe acatar lo que le manden los separatistas. Pero la cosa va más allá. Si existiera un morrómetro, a saber, un aparato que midiera la capacidad de echarle morro a la vida, los de Junts destrozaría toda medición posible por muy alta que fuese. Dicen que como han recibido críticas a su postura tanto de Podemos como del PP y de VOX, y vuelvo a citar textualmente: «Esto quiere decir que la posición que mantenemos es centrada y se encamina a la vía de soluciones«. Ahí está el tío. Centrada y con voluntad de solucionar las cosas. Manda carallo.

Nunca tendrán bastante y si Sánchez fuese inteligente, que no lo es, es listo y marrullero pero inteligente no, partiría peras con estos asaltadores de caminos con gran alharaca y estrépito y convocaría elecciones arropándose en la bandera de la igualdad entre todos los españoles. Es evidente que resultará muy difícil que lo veamos, porque como Sánchez cambia mucho de opinión lo que hoy no puede ser, igual mañana es posible.

Con Zapatero en la sombra y ese mediador internacional en Suiza vayan ustedes a saber. Pero lo repito por si todavía queda alguien con dudas: los separatistas son insaciables, nunca van a tener suficiente ni puede uno fiarse de ellos. Claro que lo mismo puede decirse del presidente. Son tal para cual y no hay más. Qué lástima de España.