Puigdemont no descarta implicar a diputados y ediles en la convocatoria

ABC  13/06/17

· La firma oficial del referéndum ilegal y unilateral que prepara la Generalitat «podría ser a finales de agosto o principios de septiembre»

Aprimeros de julio «como muy tarde» la Generalitat explicará en público las llamadas «leyes de desconexión», herramientas con las que el independentismo aspira a dar un paso más en su apuesta por separar Cataluña del resto de España. Así lo confirmó ayer el presidente autonómico, Carles Puigdemont, quien también añadió que la convocatoria oficial del referéndum ilegal que está anunciado para el 1 de octubre próximo «podría ser a finales de agosto o principios de septiembre», un plazo que variará «en función» de la respuesta que el Gobierno dé al desafío.

Cs, PSC y PP critican a Puigdemont por no aceptar que su propuesta pase por una votación en el Congreso La oposición

El secesionismo electo se radicaliza y, tras la jornada reivindicativa –una más– protagonizada por Josep Guardiola, exentrenador del F. C. Barcelona, y las entidades independentistas de la sociedad civil –ANC, Òmnium Cultural y AMI–, Puigdemont reafirmó su voluntad, como la del resto del gobierno autonómico, de «continuar la organización del referéndum y garantizar que se puede realizar con todas las condiciones» aunque el Tribunal Constitucional (TC) anule la convocatoria oficial de la consulta.

Triquiñuela
Ante la posibilidad de que el Alto Tribunal, tras la suspensión de las normas que se salgan del marco constitucional y la desobediencia de la Generalitat, inhabilite a los cargos de la Generalitat que asuman el reto, Puigdemont adelantó que las incapacitaciones «no son procesos exprés», por lo que, entre el inicio del hipotético proceso judicial y su final, pasarán meses en los que él, como máximo representante del Estado en Cataluña, podría seguir ejerciendo las funciones establecidas y tirar adelante el referéndum ilegal.

El presidente de la Generalitat, preguntado por estos temas en una entrevista para Rac1, reconoció que la convocatoria oficial del referéndum tiene que llevar la firma, al menos, de «los responsables», es decir, la suya y la de los consejeros que se encarguen de intentar ponerla en marcha. Pero no descartó que al acto simbólico de la firma se unan cargos electos del Parlamento de Cataluña y ediles locales. «Que nadie tenga duda, la mía estará, y si hacen falta más, las habrá. Mucha gente quiere firmar: alcaldes, diputados… Lo que de verdad vale es una convocatoria del gobierno y firmada por sus responsables, pero nadie pondrá impedimentos a otras firmas. No excluimos esta posibilidad», añadió.

En cualquier caso, Puigdemont recogió el guante que las entidades secesionistas le lanzaron el domingo y reiteró que «las urnas estarán el 1 de octubre» en los colegios electorales de Cataluña, rechanzado así cualquier opción de negociación o diálogo con el Gobierno.

Carta a Ana Pastor
Sobre la posibilidad de que acuda al Congreso de los Diputados, donde está representada la soberanía que reside en el pueblo español, para explicar su proyecto y que los representantes escogidos por la ciudadanía lo avalen, o no, el presidente autonómico fue tajante y se mantiene en que no acudirá a la Cámara Baja para perder una votación: «No iré a proponer nada para que se vote en el Congreso. Ya hemos pasado por aquí. La propuesta sería rechazada».

Lo que sí confirmó es su voluntad de acudir al Congreso para exponer su plan, su opinión y dar a conocer sus motivos, pero sin que eso suponga tener que ser fiscalizado por los diputados, por lo que enviará «esta semana» una carta a la presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, para que atienda su solicitud. Está convencido de que podrá explayarse en la sede parlamentaria antes del verano.

Nada más conocer estos plazos de la posible convocatoria oficial y la decisión de enviar una carta a la presidenta del Congreso, los partidos de la oposición en el Parlamento de Cataluña criticaron que no acepte exponer el plan secesionista a una votación democrática.

Inés Arrimadas, líder de Cs en Cataluña, señaló que cuando se trata de enviar cartas y hacer discursos, no hay problema, pero Puigdemont «se viene abajo si hay que hacer debates o puede perder una votación» y «no está ni se le espera» cuando hay que «dar la cara», ya sea en el Congreso o en el Senado, en referencia a la ausencia del

presidente de la Generalitat en la última conferencia de presidentes autonómicos de la Cámara Alta.

El secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, acusó a Puigdemont de plantear un «chantaje» al Congreso ya que acudir ahora a la Cámara Baja no tiene sentido, si ya ha propuesto la fecha de un referéndum ilegal y ha fijado hasta la pregunta.

En los mismos términos se manifestó Xavier García Albiol, presidente del PP catalán, que calificó de «trampa» la propuesta de acudir ahora al Congreso y criticó igualmente que Puigdemont no quiera que se haga ninguna votación tras su comparecencia. «Una actitud de coherencia con la incoherencia política que se vive en Cataluña», añadió.