Carles Puigdemont se enfrenta hoy a un escollo que no esperaba cuando empezó la legislatura. Pero el mismo partido que provocó que convocase la cuestión de confianza que empieza a debatirse esta tarde en el Parlament lo sacará del embrollo: la CUP ya ha anunciado que unirá sus votos a los de Junts pel Sí para salvar al president. La principal incógnita que debe despejar es hasta dónde llegarán sus cesiones a los antisistema y, sobre todo, cómo detiene la división que esas renuncias ya están provocando en el seno del Govern.
La expectación con respecto al discurso de Puigdemont es grande, porque el presidente de la Generalitat podría anunciar la inclusión de un referéndum unilateral en la hoja de ruta del Govern. Él está cada vez más convencido de esa modificación, que también defienden tanto la CUP como los consellers de ERC. Pero en el PDC –la antigua Convergència– muchos tienen dudas. Empezando por Artur Mas, que ve en la celebración de un referéndum la demostración de que su gran proyecto, la consulta del 9-N de 2014, fue poco más que un acto folclórico.
Otros consellers convergentes cada vez ocultan menos su inquietud ante el rumbo de colisión que advierten en las últimas decisiones del Govern. Con el compromiso de «culminar el proceso» independentista dentro de un año, si Puigdemont anuncia ahora un referéndum sin contar con el acuerdo del Estado estará dando la razón a quienes quienes precipitar el choque. La idea de algunos independentistas, explicitado en público por dirigentes de la CUP, es no acatar esta vez la suspensión del Tribunal Constitucional cuando llegue, buscando que Madrid recurra a la «fuerza bruta» y una posterior reacción de solidaridad en el ámbito internacional.
Pero los convergentes dudan porque la otra opción para cerrar la legislatura, la convocatoria de unas elecciones «plebiscitarias» como las que figuran en la hoja de ruta, puede consagrar su pérdida de peso en el panorama catalán y el fin de su hegemonía política en el soberanismo, en favor de ERC.
La portavoz del Govern, Neus Munté, insinuó que Puigdemont podría esperar al debate de política general de la semana que viene para concretar más sus planes. Restó importancia a la felicitación pública del consejero de Cultura, Santi Vila, a Iñigo Urkullu y Alberto Núñez Feijóo tras las elecciones –y su defensa de que la victoria de ambos suponía el triunfo de los «perfiles centristas»–, y sostuvo que hay «unidad» en el Ejecutivo. En cuanto a cuándo anunciarán cómo se «culmina» el procés, sin novedades: «La decisión sobre si hay que modificar la hoja de ruta se tomará cuando exista el máximo consenso posible».
La Fiscalía solicitó ayer la retirada del pasaporte de la abogada del sindicato Manos Limpias, Virginia López–Negrete. Asimismo, ha pedido a la Audiencia Nacional que acuda quincenalmente al juzgado.
El Ministerio Público, representado por Daniel Campos, adoptó ayer esta decisión tras escuchar la declaración de la abogada como imputada por extorsionar a entidades financieras y empresas.
El juez que instruye el denominado caso Ausbanc, Santiago Pedraz, tiene previsto resolver hoy mismo esta solicitud, que también ha sido cursada por Podemos, personado como acusación.
López–Negrete prestó declaración durante más de dos horas y negó haber participado en una trama de extorsión junto al secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, y el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, ambos en prisión preventiva.
La abogada, asistida por el letrado Sebastián de Juan, recalcó una y otra vez que ella simplemente era «abogada externa» del sindicato Manos Limpias y se desvinculó por completo de la gestión y dirección del mismo.
La Policía considera, sin embargo, que López-Negrete participó activamente en algunas de las actividades supuestamente delictivas, como la presión ejercida sobre el BBVA a cambio de dinero. No en vano, fue ella quien solicitó la imputación de Antonio Ballabriga, directivo de la entidad y ex colaborador de Iñaki Urdangarin.
Según la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef), «se ha observado» a lo largo de la investigación judicial «el papel activo desempeñado dentro del sindicato de López-Negrete así como su vinculación con Ausbanc». La abogada no quiso ayer pronunciarse sobre la grabación de la reunión que mantuvo el pasado diez de diciembre con Bernad desvelada por EL MUNDO y sólo recalcó que «ha sufrido muchas presiones».
En ella, el secretario general de Manos Limpias le trasladó un «ofrecimiento» por parte del «Rey Emérito». Según el mismo, si retiraban la acusación contra Cristina de Borbón, recibirían «dos millones de euros en efectivo» y los «gastos derivados del proceso, aparte». En la grabación, López-Negrete contesta con un «no rotundo» y rechaza aceptar el cobro.