El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, decidió responder a la negativa del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a negociar un referéndum de autodeterminación subiendo la apuesta soberanista. Este lunes ha convocado una cumbre de los partidos favorables a esta consulta para analizar y debatir las posibilidades que se abren tras el rechazo del Estado y empezar a sentar las bases de la pregunta y la fecha de la convocatoria, aunque e posible que no se concrequete hasta dentro de unas dos semanas, tal y como explicó la consejera Neus Munté.
La obsesión de Puigdemont es que las decisiones se tomen de forma conjunta para mostrar unidad de acción política en Cataluña, así como tener el aval y el compromiso de estas formaciones ante cualquier acción judicial por una posible desobediencia, ya que los miembros del Govern quedarán más expuestos por firmar la convocatoria del referéndum. Munté aseguró que el no de Rajoy impulsa a la Generalitat a dar «pasos adelante, de toma de decisiones, y estas decisiones no se pueden demorar» y añadió que el encuentro servirá para acordar actuaciones unitarias para llevar a cabo la votación tras el rechazo del Estado. En este sentido, la consejera aseguró que la negativa de Rajoy «es un portazo al 80% de la población de Cataluña».
Al encuentro están invitadas «todas aquellas organizaciones políticas con representación parlamentaria y favorables al referéndum», explicó Munté en declaraciones a Rac1, como Esquerra, el PDeCAT, Demòcrates de Catalunya y el resto de fuerzas que se aglutina entorno a Junts Pel Sí además de la CUP. El vicepresidente Oriol Junqueras acudirá a la cita así como otros miembros del Govern. También ha convocado a las entidades que están dentro del llamado espacio de los comunes que aglutina Catalunya Sí Que Es Pot, como son ICV, Catalunya en Comú, EUiA y Podemos, aunque sólo un representante de esta última formación acudirá a la cita.
El coordinador general de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, aseguró que no acudirán a la reunión ya que consideran que la reacción al rechazo del Gobierno debe darse desde el Pacto Nacional por el Referéndum y no desde la Generalitat. En este mismo sentido, el presidente del grupo parlamentario de Catalunya Sí Que Es Pot, Lluís Rabell, aseguró en las redes sociales que «si el president quiere hacer las cosas bien, debe convocar el Pacto Nacional por el Referéndum. No sirve una iniciativa excluyente de entidades sociales». Sin embargo, el líder de Podem y diputado en el Parlament, Albano Dante Fachin, indicó que irá a este encuentro ya que quiere preguntar a Puigdemont detalles sobre la convocatoria de las votaciones.
La negativa de los comunes a participar en esta cumbre supone un duro revés no sólo para el Govern sino también para las entidades soberanistas, que el pasado sábado pidieron más implicación a la formación de Domènech y Colau con un referéndum no acordado con el Estado aunque bajo la legalidad catalana.
Precisamente el anuncio de Puigdemont de fijar con celeridad este encuentro es una forma de aliviar la presión que tiene desde el soberanismo organizado. La Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Associació de Municipis per la Independència (AMI) instaron a la Generalitat a fijar ya la fecha y pregunta del referéndum de autodeterminación amparado en la legalidad catalana. En este sentido los representantes de las tres entidades consideran que las votaciones tienen encaje en el actual marco constitucional por lo que no se cometería una desobediencia. Pese a este mensaje, no han conseguido convencer a los comunes que sólo apoyarían una consulta sobre el futuro de Cataluña acordada con el Estado y vinculante.