Tras conocerse que TV3 emitirá en directo la cabalgata de este año en el municipio barcelonés, los responsables locales de las plataformas independentistas empezaron a difundir la semana pasada en las redes sociales un llamamiento para «llenar con estelades las ventanas y balcones del recorrido» con el fin de que se vieran en la retransmisión de la televisión pública. El mismo cartel llama también a llevar al desfile para niños los tradicionales fanalets–farolillos–, decorados con la estrella independentista. Los farolillos con la estelada, que ayer se agotaron en las paradas en los que estaban a la venta en Vic,no son una novedad. Han sido utilizados en varias cabalgatas catalanas desde 2012, tal y como ayer recordaron desde la ANC.
Aunque eludió cualquier crítica y acentuó que «el Govern no tiene nada que ver» con la iniciativa, la portavoz del Ejecutivo dio apoyo explícito a las dos organizaciones que mayores movilizaciones en favor de la independencia han logrado en las calles de Cataluña desde que comenzó el proceso soberanista. Munté, de hecho, normalizó la propuesta al equipararla con anteriores acciones a favor de la secesión de la ANC y Òmnium. «Respetamos cualquier propuesta que se formule desde la sociedad civil organizada» dijo, antes de situar en el mismo espectro una cabalgata infantil que «iniciativas deportivas o la Diada» del 11 de septiembre. Munté se cuidó, en todo caso, de hacer ningún llamamiento oficial a colaborar con la movilización y dijo que los ciudadanos catalanes deben decidir si la apoyan, «desde su libertad individual».
La polémica también alcanzó de rebote a TV3, cuya retransmisión de la cabalgata intentó ayer frenar la organización antisoberanista Societat Civil Catalana (SCC). En una carta remitida a la dirección de la televisión pública, la organización pedía que se variara la retransmisión por «la repugnante utilización política de niños y el adoctrinamiento» que «no puede contar con la complicidad ni directa ni indirecta de TV3». La misiva enviada al director de TV3, Jaume Peral, añadía que «resulta inaceptable que se utilicen las emisiones de los medios públicos de todos los catalanes para difundir los enfoques ideológicos de sólo una parte», en especial para una emisión dirigida específicamente a un público infantil. El canal hizo caso omiso de la petición y mantiene la emisión prevista para el viernes.
Las críticas a la ANC y a Òmnium fueron generalizadas desde la mayoría de partidos de la oposición y desde el Gobierno del PP. El delegado del Ejecutivo central en Cataluña, Enric Millo, tachó de «desafortunada» la iniciativa y recurrió a la tradición religiosa para menospreciar la idea: «La única estrella que brilla en la cabalgata de Reyes es la estrella de Oriente».
La líder de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas (Ciudadanos), criticó de forma más explícita la politización del desfile de Reyes Magos en un apunte en la red social Twitter: «Escuelas, Televisiones, asociaciones, fiestas populares… y ahora la cabalgata de Reyes. Lamentable. Necesitamos volver urgentemente al seny». El líder nacional de C’s, Albert Rivera, también utilizó internet para tacha de «lamentable» que «incluso en la cabalgata de los Reyes quieren meter los políticos separatistas su bandera de división en manos de los niños». El PSC, a través del teniente de alcalde de Cultura de Barcelona, Jaume Collboni, también consideró «fuera de lugar» que se politice «una fiesta infantil» y recordó que hay otros «364 días al año» para defender la independencia.
Pese a que la ANC de Vic es la promotora de la iniciativa, el presidente la entidad soberanista, Jordi Sànchez, quiso rebajar la tensión al afirmar que se trata de «un acto de normalidad que se hace desde 2012». Al contrario de lo que señala el cartel sobre la cabalgata independentista, Sánchez ironizó que la ANC «no hace ningún llamamiento a llevar esteladas, que los niños griten independencia o a que el rey negro abra una pancarta a favor de la república catalana». También rebajó la propuesta a la categoría de «anécdota» y acusó a «algunos partidos, el presidente del Gobierno, medios o tertulianos» que la han usado para «desfigurar» la realidad.
El presidente de la ANC explicó que la iniciativa no es nueva y lleva repitiéndose desde hace cinco años, coincidiendo con el inicio del proceso soberanista, siempre promovida por la agrupación local de su organización y la de Òmnium. «En Vic, como en otras localidades, la estelada no es vivida como elemento de confrontación, sino que se asocia a un elemento de civismo, fiesta, alegría y normalidad», alegó. Por eso devolvió las acusaciones y lamentó que desde algunos sectores se quiera «contaminar» una «fiesta ciudadana». También negó que la ANC quiera «utilizar a menores para un proyecto independentista. Nada más lejos de nuestra voluntad», zanjó.