¿NOS QUIERE aclarar Carlos Puigdemont si utilizaría «la fuerza» para imponer la independencia de Cataluña? En caso de disponer de tanques, ¿los sacaría a la calle para establecer la secesión?
Hay que tener un frondoso tupé para reclamarle a Rajoy que aclare si usará la fuerza en su decisión de evitar el referéndum soberanista que la Generalidad propugna en contra de la Constitución. La democracia exige que el Estado emplee todos los medios contemplados en la ley para preservar el orden constitucional.
Puigdemont, el pobre Arturo Mas y sus cómplices han cometido, según los juristas más prestigiosos, un delito de sedición y, además, están perpetrando un golpe de Estado. Hay que calificarles sencillamente de golpistas. Y son muchos los que piensan que, si dispusieran de carros de combate y organización militar, ese golpe de Estado que preparan pasaría de incruento a violento. Lástima que Rajoy no tenga pronta la respuesta para contestar a la desfachatez de Puigdemont sobre el uso de la fuerza. Algunos dirigentes catalanes están instalados en la sedición y el golpismo, y si la negociación forma parte de la esencia de la política, ha llegado el momento de cumplir y hacer cumplir la ley y que los sediciosos y golpistas respondan por sus delitos.
Los catalanes saben ya que era cuento chino la monserga del «España nos roba». Quienes roban a los catalanes son no pocos de sus más destacados dirigentes. Puigdemont, el pobre Arturo Mas y sus lacayos, en fin, no pueden utilizar la fuerza porque carecen de ella. Si la tuvieran, tal vez la emplearían para imponer, totalitariamente, la secesión de Cataluña.
Es probable que no resulte necesario el uso de la fuerza para desbaratar el secesionismo catalán. La Constitución establece fórmulas varias que permiten embridar a las Autonomías. En todo caso, Rajoy juró hacer cumplir la ley. Y esa es su obligación en lugar de soportar a un político de tercera división como Puigdemont, que tiene la desfachatez de preguntarle si usará la fuerza para evitar el secesionismo.
Luis María Anson, de la Real Academia Española.