Editorial-El Español
El ejército ucraniano ha conquistado nuevas posiciones en la región de Járkov, liberando más de 1.000 kilómetros cuadrados de territorios ocupados por los rusos en el noreste del país. Son los mayores avances de las fuerzas ucranianas desde que repelieron el ataque ruso sobre Kiev el pasado marzo.
El nuevo territorio reapropiado durante los dos últimos días supone el cambio más significativo en favor ucraniano en lo que va de guerra. Porque Kiev ha tomado dos enclaves de gran importancia. Kupiansk, un centro logístico capital para el ejército ruso, e Izium, que abre la puerta al ocupado Donbás.
Con esta exitosa campaña en la región de Járkov, las tropas ucranianas toman ahora la iniciativa de la guerra. Por eso, algunos analistas occidentales califican la contraofensiva iniciada por sorpresa el día 6 como algo que será histórico: el principio de un cambio en la dinámica de la guerra.
Los ucranianos jugaron al despiste con Moscú, haciéndoles creer que atacarían Jersón próximamente. Cuando los rusos reagruparon sus tropas en el sudeste, Kiev lanzó una nueva ofensiva sorpresa en el norte, que puede suponer un punto de inflexión en la guerra.
Ucrania toma la iniciativa
Los analistas pro-Kremlin se han mostrado preocupados por los rápidos avances ucranianos en el noroeste, reconociendo que han pillado a Moscú con el pie cambiado. Y alertan de que si no se frena la contraofensiva ucraniana, estaríamos ante la derrota rusa más severa hasta el momento. Los rusos empiezan por primera vez a temer una derrota.
El ejército invasor acusa una notoria fatiga, con importantes pérdidas materiales y humanas. Su ineficiencia militar puede rastrearse en el decepcionante desempeño de su aviación, en el pobre adiestramiento de sus tropas y en sus deficientes servicios de inteligencia. Una mala organización de sus efectivos agravada por los problemas en las líneas de suministro.
En siete meses de guerra, los únicos progresos significativos han sido los de los ucranianos. Moscú ya ha perdido la ventaja militar, y experimenta serias dificultades para proteger los territorios tomados. El Kremlin ha sobreestimado sus propias fuerzas e infravalorado las de su rival.
Y es que, cuando se cumplen 200 días de la invasión, Putin todavía no ha conseguido vender a los suyos ninguna victoria sustanciosa. La ‘guerra de desgaste’, por la que optó cuando fracasó la ‘guerra relámpago’ inicial, parece ser la que está desgastando a los propios rusos.
Posible derrota rusa
De momento, Zelensky ya le ha ganado a Putin en habilidad estratégica. Y con ello está un paso más cerca de poder demostrar a Europa que su país está en posición de ganar esta guerra, mereciendo el apoyo económico y militar recibido.
Por su parte, Putin difícilmente podrá disimular la humillación que supone este estancamiento. Como explica uno de nuestros analistas, si las tropas de Zelensky consiguen capturar Jersón y conquistar y mantener Járkov, «será el fin de las ambiciones de Vladímir Putin de conquistar el Donbás». Y el Kremlin «se encaminará hacia una derrota estratégica y política casi inevitable y de profundas consecuencias».
Los expertos coinciden en señalar que aún queda mucha guerra por delante, y con resultados impredecibles. Y llaman a interpretar los avances ucranianos con prudencia.
Pero la ofensiva de Járkov insufla nuevas esperanzas a un pueblo que ha reequilibrado la disparidad de fuerzas militares con coraje y pericia. Ucrania puede convertirse en la ratonera que aseste el golpe mortal a los maníacos planes expansionistas de Putin.