EL MUNDO 20/10/13
ENTREVISTA ROSA DÍEZ
· Cuando a la líder de UPyD se le pregunta dónde está el secreto de su éxito para ser la política mejor valorada de España –por encima del presidente del Gobierno y del líder de la oposición– no mueve un músculo, ni siquiera se esfuerza por demostrar satisfacción. Dice, eso sí, que la gran mayoría de los españoles son de UPyD aunque aún no lo saben, porque ellos representan a esa «tercera España muy mayoritaria» que defiende otra forma de ser, estar y hacer política. Tiene un discurso claro, rotundo y decidido de regeneración democrática, y huye de las etiquetas ideológicas que encorsetan a los dos grandes partidos.
Pregunta.–¿Qué le ha parecido la sentencia del Faisán, conocida hace unos días?
Respuesta.–Una ignominia y una vergüenza. Me parece peligrosísimo que haya un tribunal en España que determine en un tema que tiene que ver con el terrorismo que el fin justifica los medios. Eso es escandaloso en términos democráticos, y algo muy grave y peligroso.
P.–¿Por qué?
R.–Porque se prueba que han hablado con una organización terrorista y les han dado información para no ser detenidos. Se considera que la causa, el bien –el tribunal llega a decir que el bien es el llamado proceso de paz–, no hay que perturbarlo, y eso es suficiente. Eso es incompatible con el Estado de Derecho y muy peligroso, porque a partir de ahí, si los tribunales de justicia van a juzgar no los hechos sino las intenciones de los delincuentes, ¿dónde están las garantías del Estado de Derecho?
P.–Lo que está claro es que los policías se van a comer el marrón. ¿Es creíble que una decisión así la tomaran ellos?
R.–La pregunta es si unos policías pueden actuar sin que ningún político les dé instrucciones, y yo creo que en un tema de esta dimensión, no. Si hubo chivatazo para proteger una decisión política, ¿por qué dice la sentencia que era para proteger el llamado proceso de paz? Yo voy a exigir que el fiscal actúe en defensa de la ley, de la justicia, y de lo más sagrado.
P.–También la doctrina Parot está en el aire, y pueden verse en la calle terroristas y peligrosos violadores…
R.–Espero que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo dicte una sentencia para hacer justicia. Confío en que no tengamos que ver a asesinos múltiples, violadores, pederastas y terroristas en la calle.
P.–¿Qué le ha parecido la amenaza de Duran Lleida, advirtiendo DE que habrá una declaración unilateral de independencia si el Gobierno no mueve ficha?
R.–Duran le dijo al presidente que o hace lo que quieren que haga, o habrá una declaración unilateral de independencia, y ésa es una amenaza que contiene la ruptura de la norma democrática y la explicitación de lo que va a ocurrir.ç
P.–¿Y cuál es el margen de actuación del Gobierno ante el desafío independentista de Mas?
R.–El Gobierno tiene todo el margen que le da la ley. El problema es que reacciona ante lo que está ocurriendo en Cataluña como si fuera un tema menor. De hecho, a mí Montoro me dijo que ésta no es la prioridad del Gobierno. Creen que si ellos no le dan importancia, las cosas no tienen importancia, pero están obligados a actuar cuando se están produciendo hechos que vulneran la ley. Y no lo hacen. Este Gobierno no está a la altura del reto del secesionismo catalán, que está rompiendo la convivencia entre españoles. Y tratan de robarnos el derecho a decidir sobre el futuro de nuestro país a todos los españoles.
P.–¿Comparte la afirmación de Aznar de que el silencio puede dañar la verdad tanto como la mentira y que se ha ido muy lejos al aceptar el chantaje del nacionalismo?
R.–La historia nos demuestra que cuando uno reacciona ante las cosas graves con cobardía es muy peligroso. Lo peor es la mediocridad y la cobardía juntas.
P.–¿Está diciendo que el presidente es mediocre y cobarde?
R.–No. Yo no hablo de personas, sino de políticas. Y el Gobierno, con el nacionalismo, tiene una reacción pueril, irresponsable y mediocre. Relativizar la importancia de las cosas es siempre un signo de mediocridad. Y eso termina siendo cobarde.
P.–En resumen, que el Gobierno debe amparar a los catalanes no separatistas.
R.–El Gobierno debe amparar a todos los españoles. La pretensión del nacionalismo catalán es convertirnos en extranjeros en nuestra propia tierra. Por eso necesitamos protección, y el Gobierno no puede mirar para otra parte.
P.–Para usted, no hay duda de que el derecho a decidir es igual a secesión o independencia.
R.–Derecho a decidir en España hay desde que tenemos democracia, y lo ejercemos siempre que vamos a las urnas. Lo que el nacionalismo catalán llama derecho a decidir significa que quieren quitarnos el derecho a decidir que la Constitución proclama para todos. Lo que quieren es que los españoles deleguemos nuestro derecho a decidir en unos pocos para que decidan por todos, y eso no es derecho a decidir, eso es un golpe de Estado democrático. Ésa es la ruptura de la Constitución y de los derechos que tenemos los españoles.
P.–Vamos, que lo que está planteando Artur Mas es un golpe de Estado democrático. ¡Qué expresión tan dura!
R.–Por supuesto que Mas está planteando dar un golpe de Estado democrático. Un golpe de Estado es vulnerar las reglas democráticas. Unas veces es sangriento y otras no, pero si se vulnera y se quiebra la regla democrática, eso requiere que actuemos. Los ciudadanos debemos tomar conciencia de cómo hemos actuado ante casos similares.
P.–¿Se refiere al plan Ibarretxe?
R.–Sí. El llamado plan Ibarretxe en su preámbulo apelaba al derecho a decidir y el lehendakari dijo entonces que se votara en el Congreso lo que se quisiera, pero que en seis meses habría un referéndum, y no lo hubo, porque el Estado de Derecho y los portavoces de los grandes partidos dijeron que no lo iban a consentir, y le pararon los pies. Si alguien le hubiera contestado al plan Ibarretxe como Montoro lo ha hecho con el tema catalán, habría habido referéndum en Euskadi.
P.–¿Pero cómo se le paran los pies, si hasta el PSC defiende el derecho a decidir?
R.–El Gobierno tiene que dejar claro que no se va a consentir que se ponga una urna ni consultiva ni no consultiva, y no se va a consentir que se vulnere el orden constitucional.
P.–¿Qué le pareció el cara a cara Bárcenas-Cospedal? ¿A quién cree?
R.–Aquí no se trata de creer a uno u otro. El juez deberá establecer la verdad judicial. Sobre la verdad política, me ha preocupado que Cospedal afirmara no sólo que no es cierto, sino que «no se podrá probar». Y eso es muy revelador. La pregunta es: ¿no se podrá probar porque no es cierto o porque se han destruido las pruebas?
P.–¿De verdad tiene la convicción de que el presidente ha mentido al Parlamento en el caso Bárcenas? Porque eso es muy grave.
R.–Rajoy no ha dicho la verdad al Parlamento, y eso es muy grave, aunque en este país mentir en el Parlamento no tenga, de momento, coste político, como ocurre en los países de nuestro entorno, que son mucho más exigentes que nosotros.
P.–La corrupción afecta a todos: al PSOE, al PP, a los sindicatos…
R.–La corrupción es la peor lacra de la democracia, y requiere una actuación radical. En las listas no pueden ir personas imputadas, en las instituciones cuando hay alguien procesado tiene que abandonar inmediatamente la institución. Además, hay que endurecer el Código Penal y otras muchas cosas, como que haya mayor trasparencia. Si hubiera habido transparencia, no se habrían producido los ERE.
P.–Hasta la juez Alaya ha tenido que ser escoltada tras el acoso de los sindicalistas.
R.–Hemos visto muchos jueces con escolta, porque los terroristas les amenazaban de muerte. ¿Y ahora amenazan los sindicatos a los jueces? Eso es inconcebible y realmente grave. Los sindicatos, en vez de condicionar a la juez, lo que deberían hacer es expulsar a los afiliados que han realizado o permitido esas prácticas. Lo que está ocurriendo en Andalucía en relación con los ERE y esa trama fraudulenta requiere clarificación y asunción de responsabilidades de todo tipo, penales, patrimoniales y políticas.
P.–¿Comparte la propuesta de Feijóo de que no se permitan las donaciones a los partidos?
R.–Nosotros hemos planteado la revisión de la ley de financiación de partidos políticos. Nos gustaría que los partidos en España nos financiáramos fundamentalmente de nuestras cuotas y hay que caminar hacia eso. Pero de entrada, lo más importante es que la ley se cumpla, y todo sea absolutamente transparente, que no lo es. Por ejemplo, que órganos como el Tribunal de Cuentas, que tiene la competencia de vigilar las cuentas, no las tenga para sancionar es paradójico.
P.–¿Sería partidaria de que se quiten las donaciones, sí o no?
R.–Yo soy partidaria de revisar el marco legal, para que nos afecte a todos, y que haya transparencia y garantía.
P.–¿Le inquieta el nacimiento de Movimiento Ciudadano, de Albert Rivera? Porque defienden lo mismo que ustedes: regeneración, defensa de la unidad de España…
R.–Ciudadanos ya se ha presentado en 2008 a las elecciones generales y europeas (con un partido de la extrema derecha xenófoba europea). Ahora parece que estudian cambiar de nombre para volver a presentarse. Nada que decir, allá cada cual con su estrategia.
P.–Para muchos, si ustedes unieran sus fuerzas, perderían apoyo los grandes. ¿Hay posibilidad de una coalición UPyD-Movimiento Ciudadano?
R.–No opino sobre hipótesis. Quiero recordar que UPyD nació para ser alternativa a los dos partidos que han gobernado históricamente en España, y con ellos competimos desde siempre.
P.–¿UPyD es de izquierdas o de derechas? Porque resultan incómodos a todos…
R.–Incomodamos porque decimos la verdad, somos insobornables, no nos callamos nunca, decimos lo que pensamos y no nos importa lo que piensan los demás. Eso molesta mucho porque el establishment estaba muy acostumbrado a que haya cosas de las que no se habla. Nosotros rompemos los tabúes y hablamos de todo, y eso hace peligrar el establishment, que es muy poderoso y reacciona.
P.–Vamos, que usted cree que puede tener la llave del Gobierno de España y ser una fuerza bisagra.
R.–Antes de ser alternativa en el sentido de tener la mayoría probablemente en España hay que pasar por tener la fuerza para condicionar la política y ser la llave. A mí me parece más importante qué política se hace que quién gobierna, lo importante es el qué, no el quién.
P.–¿Y a qué votantes representa?
R.–Nosotros representamos bien a esa tercera España –que es abrumadora mayoría– que huye de los fundamentalismos, que defiende la unidad y quiere otra forma de hacer política.
P.–¿No es un riesgo que UPyD sea sólo usted, un partido personalista?
R.–Ninguno. No hay ningún riesgo, no somos personalistas. Tenemos 6.500 afiliados, la lista de la dirección del partido la votan todos los afiliados y cualquiera se puede presentar en esa lista, porque la votamos completa. Nosotros apostamos por la reforma de la ley electoral, por las listas abiertas, desbloqueadas y porque las primarias sean obligatorias por ley.
P.–¿Eso incluye hacer ERE para los diputados y disminuir su número en todos los parlamentos?
R.–El porcentaje de diputados nacionales está por debajo de la media de los países de nuestro entorno, aunque hay otros parlamentos autonómicos que están por encima. La cuestión no es hacer un ERE de diputados, sino adaptar la estructura de las instituciones al tamaño del país y al servicio que tenemos que prestar, no al contrario. Aquí hay mucho chiringuito de poder partidario. Y eso no hay país que lo soporte.
P.–Por último, dígame. ¿Usted también quiere que el Rey abdique?
R.–Yo no voy a pedir al Rey que abdique. Lo que digo es que la Constitución previó que había que regular el Título II, no se ha hecho y creo que ha llegado la hora. Hay que regular todo: la sustitución temporal del Rey en la Jefatura del Estado, la transparencia de la Casa Real, la figura del Príncipe, etcétera. No deberíamos tener miedo a poner negro sobre blanco todo. Y eso no requiere reforma de la Constitución sino reglamentar solo el Título II.