El capullito de Abenójar luce la sonrisa más inane del sanchismo. Tiene los conceptos más bien torcidos, como se verá: defensora, en tanto que portavoz, del Gobierno sanchista, y de sus caprichosas alianzas, le da por considerar progresistas a los golpistas catalanes y, en cambio, llama golpista a José María Aznar. ¿Y por qué, si puede saberse? Pues por convocar a la sociedad civil a manifestarse contra la amnistía que ella y los suyos preparan para sus aliados golpistas de Cataluña. Exige a Núñez Feijóo la criatura que obligue a rectificar  al ex presidente Aznar “en aras del interés de nuestro país, de los valores constitucionales y democráticos”, que ya es confundir conceptos: el interés de España con los intereses de Pedro Sánchez, que se resumen en uno: resistir en La Moncloa al precio que sea. Esgrime los valores constitucionales y democráticos la portavoz de un Gobierno que se está ciscando en la Constitución y en la democracia española. Para Sánchez y los suyos la Constitución se reduce a apoyar al Ejecutivo en la renovación del CGPJ en los términos que le convengan al Gobierno. Sin embargo, esta cuadrilla asentada en el poder ha sido censurada más que ninguna otra que le haya precedido por un Tribunal Constitucional, aunque cabe pensar que de haberse adelantado en el nombramiento de Conde-Pumpido, tal vez se habrían considerado perfectamente constitucionales los estados de alarma, la intervención de Rosa Mª Mateo en RTVE y el encaje de Pablo Iglesias en el CNI.

Esta pobre criatura que se nos aparece los martes para sonreír a las cámaras y quitar la palabra a algún que otro ministro, sea Irene Montero o Fernando Grande, debería reflexionar sobre el hecho de que el calificativo de golpista que con tanta liberalidad le endilga a José Mª Aznar muy bien podría, con la misma falta de criterio, adjudicársela a Felipe González y Alfonso Guerra, aquellos tíos que se hicieron con 202 escaños cuando esta degeneración que les sucede aún no había aprendido a andar.

La generación anterior también está preparando una manifestación contra la amnistía que Sánchez prepara para los golpistas, -estos sí-, catalanes. Sigma 2 ha realizado una encuesta atendiendo solo a Cataluña. Qué votarían los ciudadanos catalanes si pudieran votar ahora, tanto en comicios autonómicos como generales. El único partido que sube  en las dos es Junts; el PSC subiría en las autonómicas hasta llegare a los 36 escaños que un día llegó a alcanzar Inés, pero bajaría en las generales; el PP crecería espectacularmente en las elecciones autonómicas,  beneficiado, aunque no solo, por la desaparición de Ciudadanos.

La cuestión es que toda esta tropa ha pasado de rechazar la amnistía (hablo de Sánchez y los suyos, no de la pobre Rodríguez que no sabe lo que es) a considerarla esencial y a poner toda la carne en el asador para que Puigdemont la acepte, dándole a entender que con la amnistía el 1-o deja de ser delito y podrán volver a repetirlo: ¿No era lo que ellos pedían? O tornarem a fer! Pues ya está. ¿Y tú me lo `preguntas? Golpismo eres tú.