TONIA ETXARRI, EL CORREO 24/04/13
· Al más alto nivel. Así se paseó ayer el lehendakari Urkullu por Bruselas, poco después de que se conociera que el déficit de España en 2012 se situó en el 7% del PIB, sin contar con las ayudas a las entidades financieras. Y como si de un jefe de Estado se tratara, departió con Durao Barroso, Joaquín Almunia y Van Rompuy. Les presentó su programa de gobierno (vasco) y, de paso, pidió una flexibilizacion del objetivo de déficit (para Euskadi). Fue a hablar de su libro en pleno pulso negociador entre la Comisión Europea y el Gobierno español. Viajes como éstos son los que suelen gustar a los presidentes nacionalistas que sólo ellos se permiten ya que si empezaran a desfilar todos los presidentes autonómicos, la mayoría del PP, dejarían en evidencia al Ejecutivo de Rajoy.
Si se tratara de una expedición comercial, como tantas se han hecho para fortalecer lazos económicos y promover intercambio de inversiones, el evento no tendría doble lectura. Pero éste lo tiene. Porque Urkullu se presentó en Bruselas para preguntar: ¿Qué hay de lo mío?. A la Unión Europea le gusta cultivar la comunicación entre regiones, pero siendo muy consciente de que su estructura administrativa, hoy por hoy, responde a una organización de Estados. Se lo han repetido a Artur Mas cada vez que ha amagado con su plan independentista.
Por eso, lo que podría haber sido interpretado por el Gobierno de Rajoy como una «injerencia» no provocó contrariedad oficial alguna (qué silencioso esta vez el ministro Margallo) porque sabe que, en el fondo, una petición unilateral como la del lehendakari viene a señalar dónde ésta ubicado el epicentro del problema: en las comunidades autónomas. Que es lo que han venido repitiendo, hasta la saciedad, los ministros del Gobierno del PP desde que empezó la legislatura. En otras circunstancias, el gabinete de Rajoy le habría afeado el viaje por considerarlo una intromisión entre la Unión Europea y el Estado español. Pero ni se trata de una misión diplomática ni Rajoy parece tener intereses muy distintos a los de Urkullu a la hora de presionar para rebajar la exigencia sobre el déficit.
Este viaje, que podría suponer una incomodidad política, le puede venir bien a Rajoy en su estrategia económica. La aparición en escena del lehendakari pidiendo una rebaja sólo para su comunidad viene a avalar, ante el sanedrín europeo, que las comunidades autónomas explican buena parte del problema de España. El Gobierno de Urkullu lleva tiempo pidiendo al Ejecutivo español una relajación del porcentaje del déficit. Del 0,7% exigido al 1,5%. Y seguramente hablarían de eso el presidente del Gobierno y el lehendakari en su última reunión. Su segunda estación, despues de La Moncloa, ha sido Europa justo en un momento en el que el Gobierno de España espera que el ‘gran hermano’ amplíe las fechas del cumplimiento del déficit hasta el año 2016.
Es cierto que Urkullu también ha hablado de pacificación. Pero en un momento difícil de su legislatura, en vísperas de recibir el rechazo a sus Presupuestos por todos los grupos del Parlamento vasco, la foto de ayer le supuso una compensación. Y sin pretenderlo, se convirtió en un delegado de Rajoy.
TONIA ETXARRI, EL CORREO 24/04/13