Luis Ventoso-ABC

  • El PSOE toca fondo al culpar al anterior Gobierno de España del golpe separatista

Los incontables fontaneros monclovitas han sudado tinta ante la misión imposible de justificar unos indultos injustificables, que irritan a la mayoría de los españoles. Al final se les han ocurrido dos argumentos: 1.- Una apelación genérica a la concordia, que salvando todas las distancias evoca aquella estrategia de entreguismo de Chamberlain con Hitler. 2.- El mezquino reproche de culpar de los hechos golpistas de 2017 al Gobierno de España, que presidía Rajoy.

Sánchez lo ha vuelto a repetir: «Con el Gobierno del PP hubo dos referéndums ilegales de independencia, una declaración unilateral de independencia y las leyes de desconexión aprobadas por el Parlamento de Cataluña. Desde que gobierna el PSOE con Unidas Podemos, cero. Esa es la gran diferencia». Lamentable.

Incluso para el estándar del personaje. Es como si a alguien se le ocurriese culpar a Suárez del ‘tejerazo’ de 1981, o al presidente aperturista checo Dubcek por la invasión soviética de 1968, que liquidó su Primavera de Praga. Los únicos responsables de la sedición de 2017 son los dirigentes separatistas, que envalentonados por la deriva del zapaterismo lanzaron el ‘procés’, cuyo móvil inicial fue el intento de Artur Mas de distraer la atención respecto a su pésima gestión de la crisis y los problemas de corrupción que acabarían con Convergència. Hubo reiterados intentos de apaciguamiento. Incluso excesivos, como cuando Rajoy envió a Santamaría a Barcelona para negociar con Junqueras en un momento en que el Gobierno catalán ya estaba embarcado en sus leyes ilegales ‘de desconexión’. Oriol le tomó el pelo a gusto a Sorayita Chamberlain mientras aparentaba buenrollismo con ella en paripés varios de ‘deshielo’, en realidad aprovechaba para prepararlo todo para el 1-O.

¿Por qué a Sánchez no le han montado (por ahora) ningún tinglado golpista? Pues porque tras lo de 2017 descubrieron que la fuerza del Estado era muy notable y que si burlaban la ley acababan en la cárcel. Por eso forofos independentistas como Torrent y Torra hacían grandes proclamas rupturistas, pero se cuidaban de no infringir la ley. El error de Rajoy radicó más bien en tardar demasiado en reaccionar ante los obvios prolegómenos de un golpe contra la unidad de España. Parte de su retraso se debió a que le costó horrores contar con el PSOE de Sánchez frente a la sedición, pues los socialistas ya arrastraban su proverbial empanada filonacionalista.

Dos errores capitales han minado la unidad de España: la transferencia de la educación y el acomplejado entreguismo del PSOE ante los nacionalistas. A partir de Zapatero, el PSOE ha elegido estar con los partidos que batallan por romper el país y en contra de los que defienden la unidad nacional. Si PSOE y PP hubiesen sellado un gran pacto contra el separatismo, si hubiesen endurecido las leyes, si hubiesen acordado un fortalecimiento serio de la presencia del Estado allí donde está amenazado, si hubiesen apoyado con fuerza a la cultura española… el independentismo hoy estaría acorralado y a la baja. No se hizo y ahora ya tiene mal arreglo.