Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
La profundidad del daño causado al Gobierno por la decisión de Ferrovial de marcharse de España se mide bien con la intensidad y el dramatismo de sus respuestas. Todos sus miembros han salido al galope sable en mano. La vicepresidente Calviño, por lo general una mujer moderada y contenida, ha dicho cosas sorprendentes. Una, que la decisión es un error y otra que la empresa «le debe todo a España». La primera crítica no me parece preocupante. Desconozco el nivel de información que tiene la señora Calviño sobre las motivaciones de la propiedad y las deliberaciones del consejo. Supongo que serán muchas y exactas, pero en cualquier caso es un tema fácil de solucionar. En cuanto la señora Calviño haya invertido en Ferrovial la misma cantidad de dinero que la familia Del Pino y asuma los mismos riesgos, no tiene más que presentarse a presidenta y enmendar el error con carácter inmediato.
Lo segundo es más complicado. La vicepresidente ha dicho que Ferrovial «le debe todo a España». Vaya por Dios ¿Y no lo ha pagado? Pues ¿a qué espera para exigírselo? ¿No estará prevaricando? Vamos a ver. Cuando dice que se lo debe a España, ¿a quién se refiere? ¿Al Estado español, al Gobierno de España o a la Cofradía de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar de Barrameda? No debe de ser eso.
Si Ferrovial debiera algo que no haya pagado, seguro que se lo hubieran exigido. Si se refiere a que Ferrovial ha hecho mucho negocio en España, es correcto, pero no sé a qué le compromete. Ferrovial factura en el exterior casi el 95% de sus ventas. ¿A quién debe más a España o a los demás? Y la mayor parte de ellas corresponden a concursos públicos ganados por presentar la mejor oferta. Es decir, o ha tenido trato de favor y nos debe algo, en cuyo caso estaríamos hablando de un nuevo episodio del ‘Tito Berni’, o los ha ganado por su mejor precio, calidad, fecha de entrega, etc., y entonces quizás sea España quien le debe algo a Ferrovial por habernos proporcionado un producto o un servicio mejor.
Estoy seguro de que Ferrovial se va porque le conviene irse y supongo que habrá llegado a esa conclusión en base a lo que dice: la mayor seguridad jurídica en la que se desenvuelve su actividad, la mejor financiación que puede obtener en otros lugares, el más fácil acceso al mercado bursátil americano y cosas así, incluidas –¿por qué no?– una menor carga fiscal y un entorno social y gubernamental menos hostil ¿Le extraña su comportamiento? No debería. Puesto en la misma situación es probable que usted hubiese hecho lo mismo. Así que mucho mejor que lamentarse por la salida de Ferrovial es hacer lo posible para que su ejemplo no cunda y para que marcharse de España deje de ser una opción interesante.