- Todos conocemos la infinita capacidad de Pedro Sánchez para no contestar a lo que se le cuestiona. La sesión de control ha perdido todo su sentido porque Sánchez la ha pervertido. Demuestra una falta de respeto absoluta al Congreso de los Diputados y a todos los españoles que estamos representados allí
Hoy puede ser un día importante. Sánchez está llamado a comparecer en territorio hostil. Tan hostil lo considera él que lleva sin comparecer en el Senado más de un año. En teoría no se puede negar a hacerlo hoy. Sería un escándalo que no acudiese. Pero son tantas las inmoralidades acumuladas por este hombre que cualquier cosa es posible.
Lo más importante que hay que tener presente es que esta comparecencia en el Senado no tiene nada que ver con las comparecencias de los miércoles en el Congreso en la sesión de control al Gobierno. En esas sesiones todo se desarrolla en un par de minutos por parte de cada interviniente. Y es muy fácil rellenar dos minutos con farfolla. Pero hoy cada grupo tiene 50 minutos para preguntar.
Todos conocemos la infinita capacidad de Pedro Sánchez para no contestar a lo que se le cuestiona. La sesión de control ha perdido todo su sentido porque Sánchez la ha pervertido. Demuestra una falta de respeto absoluta al Congreso de los Diputados y a todos los españoles que estamos representados allí.
La gran diferencia entre lo de los miércoles en el Congreso y lo de hoy en el Senado está en que en la comisión de la Cámara Alta hoy no va a estar Francina Armengol atendiendo y bendiciendo las digresiones de Sánchez con arrobo. Ese lugar lo ocupa hoy un senador, Eloy Suárez Lamata, que es parlamentario serio y experimentado, designado senador por las Cortes de Aragón. Sobre él cae la responsabilidad de lidiar a Sánchez. Es decir, el portavoz del PP tendrá que hacer las preguntas y repreguntas. Y esperemos que estén bien planteadas. Pero ya sabemos que este presidente del Gobierno resuelve todo cuestionario parlamentario por el clásico procedimiento del «¿Qué hora es?» «Manzanas traigo».
Por eso yo tengo la esperanza de que la clave hoy no esté solo en las pertinentes cuestiones que plateen todos los grupos parlamentarios, sino en que con la ayuda de una Presidencia de la Comisión que aspire a ser algo más que un florero se ponga en evidencia ante las cámaras de televisión la verdadera actitud de Sánchez. Él está muy tranquilo porque nunca contesta. Igual en esta ocasión se encuentra con que todavía hay instituciones de nuestra democracia donde se sigue respetando los reglamentos.
Hemos oído muchas veces cuestionar la utilidad del Senado. Y hay razones más que justificadas para poner en duda su aportación a la vida pública. Por eso hoy puede ser un gran día para nuestra democracia. Un día en que se evidencie la diferencia entre una cámara donde se puede hacer control del Gobierno y un Congreso que se ha convertido en un patio de monipodio donde el PSOE se sostiene sobre unos aliados a los que les está vendiendo la integridad de la nación española.
Hoy en el Senado, matiné gran sesión. Esperemos que no nos defrauden.