Pedro J. Ramírez-El Español

Es lógico que quienes se manifiesten este domingo en Madrid bajo el lema “mafia o democracia” pidan la dimisión del presidente y/o la inmediata convocatoria de elecciones generales.

Según nuestro sondeo exprés, los vergonzosos acontecimientos de esta semana con la ‘fontanera freelance’ como protagonista, la ponencia de la amnistía y el colapso de la Conferencia de Presidentes han disparado ese anhelo por encima del 70% de los españoles.

Incluido -atención- un significativo 31% de los votantes del PSOE y un aplastante 97% de votantes del PP.

Pero, lo siento, unos y otros deben saber que no les conviene que eso ocurra todavía.

Cuando hace dos semanas titulé mi carta Cuanto más resista ‘Pedro el Indispensable’, mejor para Feijóo” muchos pensaron que ironizaba. Hubo incluso ministros que me preguntaron si a partir de ahora iba a pedir a Sánchez que agote la legislatura.

Pero esta no es una fórmula matemática. Se trata de que siga cavando su hoyo, de que siga sumergiéndose como esos peces bentófagos que se alimentan de los detritos de los fondos marinos, hasta que esté tan hundido que no pueda salir a la superficie ni levantar cabeza en las urnas.

Eso no ha ocurrido todavía. Tiene que seguir cavando más, debe seguir cayendo más. Y a mí me anima mucho que haya declarado en Pedralbes que continúa resuelto a hacerlo.

Se trata de que siga cavando su hoyo, de que siga sumergiéndose como esos peces bentófagos que se alimentan de los detritos de los fondos marinos

Hasta el 27, dice. Habrá que verlo.

Porque España necesita un cambio de Gobierno, apoyado en una mayoría parlamentaria moderada, lo más parecida posible a las de UCD. Con una extrema derecha acotada y una izquierda en la que los socialdemócratas se distingan de los comunistas.

Pero no sólo eso.

España también necesita contar con un PSOE que regrese al redil de los valores constitucionales y las restricciones éticas. Un PSOE con dirigentes como Page, Susana Díaz o Barbón que pueda volver a ser parte de grandes pactos de Estado.

Eso requiere de un proceso de regeneración que deje atrás a los Koldos y las Leires, los Ábalos y las Jessicas, los Pérez y los Dolset, dando paso a una nueva etapa mediante un cambio de liderazgo.

Porque la personalidad del líder moldea su expandida corte. El sanchismo no es sino la ósmosis de quienes a su alrededor hacen méritos para parecerse a él.

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Esta semana hemos tenido muestras evidentes de que la aportación a la política española de Pedro ‘el Indispensable’ es lo suficientemente dañina -y en un aspecto concreto irremediable- como para no dejar las cosas a medias.

Por eso es preferible que continúe autodestruyéndose durante unos meses, incluso durante un año o un año y medio más, hasta que desaparezcan sus más remotas posibilidades no sólo de revalidar el poder sino de continuar al frente del PSOE.

La personalidad del líder moldea su expandida corte. El sanchismo es la ósmosis de quienes a su alrededor hacen méritos para parecerse a él

Es el mínimo castigo que merece por haber comprado la investidura con la infame moneda de la amnistía, no para hacer “de la necesidad, virtud”, sino de la necesidad, poder.

De ese terrible pecado original emana todo lo que estamos viendo. Y lo que nos queda por ver.

La ponencia de la magistrada Inmaculada Montalbán, avalando la ley de amnistía del Gobierno es ‘constitucionalismo para dummies’. La ocurrencia de que “todo lo que no está prohibido, está permitido” ha servido para recordarnos que la inmoralidad de este cambalache de los siete votos sólo compite con su irracionalidad jurídica.

Lo previsto es que este colonizado TC respalde por 6 a 4 un texto lamentable, contrario a principios constitucionales tan básicos como la igualdad ante la ley o la separación de poderes. Y además a matacaballo, no vaya a ser que el debate se enrede en la conciencia de alguno de los que lo único que arriesgan ya es su honorabilidad.

Mira por donde, la magistrada Laura Díez -no confundir con Leire Díez- que pasó de un día para otro de una dirección general con Bolaños al alto tribunal, va a ser decisiva. Al menos para evitar un empate que obligaría al presidente no a mancharse sino a pringarse la toga, no con el polvo sino con el fango del camino.

A menos que el Tribunal Europeo de Justicia adopte luego una resolución sin precedentes, destruyendo la credibilidad del gobierno de un Estado miembro, los golpistas del procés quedarán amnistiados por los siglos de los siglos.

A diferencia de lo que ocurre con las leyes ordinarias, otro clavo ya no podrá sacar este clavo.

Lo previsto es que este colonizado TC respalde por 6 a 4 un texto lamentable, contrario a principios constitucionales como la igualdad ante la ley o la separación de poderes

Pero precisamente será esa condición irreversible la que impregne también el estigma que, como a los regicidas de la Convención francesa, acompañará de por vida a cuantos ministros, diputados y magistrados hayan votado la amnistía.

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Tanto Óscar López como la portavoz Pilar Alegría han recurrido esta semana al tópico de “los árboles del bosque” para categorizar lo irrelevante e intentar reducir a anécdota lo sustancial.

De momento los árboles son ellos y sus movimientos intentan tapar el bosque de la corrupción gubernamental.

Por eso el bulo que se fraguó durante el pasado fin de semana, manipulando un mensaje del capitán Bonilla para atribuirle la intención de asesinar al presidente con una bomba lapa, alcanzó su apogeo tras el Consejo de Ministros del martes.

Ese día, justo cuando se cumplían siete años de la moción de censura contra Rajoy, la portavoz de Sánchez cruzó un Rubicón sin vuelta atrás. Porque al contestar con falsedades precocinadas a las previsibles preguntas de los periodistas, se convirtió formalmente en una ministra mentirosa.

Merece la pena contribuir a que sus palabras queden en la memoria para que, en adelante, cada vez que comparezca o se postule para un cargo público, la miremos desde esa óptica.

Tanto Óscar López como la portavoz Pilar Alegría han recurrido esta semana al tópico de “los árboles del bosque” para intentar reducir a anécdota lo sustancial

Lo primero que dijo es que “conocer mensajes donde se incluyen conceptos como las bombas lapas nos lleva a momentos vividos nada agradables”. Era obvio que pretendía vincular, siquiera fuera subliminalmente, al capitán Bonilla nada menos que con el terrorismo etarra. Ya eso la retrata.

Pilar Alegría añadió que solo se hizo “eco de una información que fue publicada por algunos medios de comunicación”. Pero lo cierto es que cuando el sábado pasado dio su canutazo en Huesca habían pasado ya unas cuantas horas desde que la falsedad de esa “información” era una bochornosa evidencia.

Cuando ella adhirió la imaginaria “bomba lapa” bajo el buen nombre del capitán Bonilla, hasta los más recalcitrantes órganos gubernamentales habían ya rectificado.

Tres días después, la ministra portavoz se atornilló al sostenella y no enmendalla y remató su faena con un sádico adorno: “Posteriormente algún medio de comunicación ha considerado que esa parte de la conversación se podía interpretar de otra manera”.

Hacía tiempo que no asistíamos a una exhibición de cinismo equiparable.

Todos, absolutamente todos, los medios dignos de tal nombre habíamos concurrido, con mayor o menor entusiasmo, en la única lectura posible: el capitán Bonilla, al que su confidente le acababa de decir que le iban a dar la “Laureada de San Fernando”, se refería a si mismo como presunto destinatario de una “bomba lapa”.

Lo único “interpretable” era si el oficial hablaba irónicamente -como yo estoy convencido de que lo hacía- o si literalmente se sentía amenazado. Quedaba en cambio fuera de toda duda que, ni explícita ni implícitamente, se había referido al presidente del Gobierno.

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¿A qué venía pues esa contumacia de la ministra portavoz, inscribiendo además las palabras del capitán Bonilla en un conjunto de mensajes “muy agresivos y peligrosos” con su confidente?

La ministra portavoz tenía el encargo de mantener el foco en el vilipendio del capitán Bonilla para que cuando Leire Díez diera el siguiente paso, sus infundios cayeran en terreno abonado

Pilar Alegría no es una persona especialmente soberbia o altanera, incapaz de admitir un error. Si se aferró a la mentira es porque tenía que seguir ejecutando un guion, que otros habían elaborado desde la sala de control de la máquina del fango que dice combatir.

La ministra portavoz tenía el encargo de mantener el foco en el vilipendio del capitán Bonilla para que cuando Leire Díez diera el siguiente paso, sus infundios cayeran en terreno abonado.

La ‘fontanera freelance’ lo hizo tras el paripé de su baja voluntaria en el PSOE.

Fue una ceremonia de la confusión que, al ser escenificada en la sede de Ferraz y con el propio Santos Cerdán como oficiante, supuso investirla de una mayor representatividad oficiosa de la que ya tenía, aun desligando oficialmente al partido de sus actos.

En medio de todo tipo de inconcreciones y absurdeces, como la del “precontrato” para escribir un libro, Leire Díez aprovechó su estrafalaria comparecencia del día siguiente para acusar a Bonilla de “colocar a su mujer en una empresa de hidrocarburos” y traficar con información reservada en el sector.

Era un peldaño más en la escalada de maledicencias contra la UCO y los jueces y fiscales incómodos para el PSOE. A juzgar por lo visto y oído, se trata de una sarta de trolas y rumores, amalgamada, junto al imputado por estafa Pérez Dolset, con material reciclado de las grabaciones clandestinas del comisario Villarejo.

Resulta paradójico que sean quienes más han tratado de vincular al actual PP con el agente encubierto que reportaba a Cospedal y con la “operación Kitchen” de Fernández Diaz, los que ahora vuelvan a nutrirse de esas mismas fuentes contaminadas.

Hay que reconocer que sólo un artista como Villarejo es capaz de conseguir que sea Santos Cerdán quien coloque su mercancía averiada en la Fiscalía Anticorrupción y encima después de haber cobrado por ello.

Claro que eso explica también los grotescos tropezones de los fontaneros alquilados por el PSOE.

Ha sido muy comentado el disparate de venir precisamente a la redacción de EL ESPAÑOL con el presunto video sexual del fiscal Grinda, al que por cierto, según cuenta Abc, “alguien que se llamaba Leire” chantajeó en febrero, ofreciendo “liberarle de una demanda judicial”.

¿Pero cómo describir la reproducción en Ferraz del audio que, al presentar a Sánchez como víctima de una larga persecución, centraba la atención en las saunas de su suegro y terminaba desvelando un encuentro montado por él entre el joven líder del PSOE que era su yerno y aquel comisario tan adicto al régimen como para que le dejaran pasar dos veces delante del féretro de Franco?

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Es el problema de subcontratar a los trileros. Todos los hombres y mujeres del presidente -con la vicepresidenta, la portavoz, Oscar I y Oscar II a la cabeza- han terminado convirtiéndose en los alborotadores que jalean y desorientan al público mientras la ‘Gran Leire’ y ‘Magico Dolset’ mueven la bolita de un cubilete a otro.

Sólo un artista como Villarejo es capaz de conseguir que sea Santos Cerdán quien coloque su mercancía averiada en la Fiscalía Anticorrupción y encima después de haber cobrado por ello

Pretenden hacernos creer que la corrupción no son las comisiones de Ábalos y Koldo por las mascarillas y obras públicas, que la corrupción no es la contratación de las novias del ministro o del hermano del presidente, que la corrupción no son los 500.000 que presuntamente pagaron los Hidalgo por el rescate de Air Europa, sino que la corrupción es la persecución a la que la UCO somete a los honrados socialistas.

Es obvio que no lo van a conseguir, que los procesos judiciales van a seguir su curso y que los informes policiales irán ensanchando los sumarios sin que estas zancadillas logren bloquearlos.

Es verdad que el campo está cada vez más embarrado y parte de la opinión pública empieza a perderse en el laberinto de los nombres y las tramas. Pero esta descomunal maniobra de desinformación sufragada con dinero público está suponiendo a la vez un gran desgaste para el Gobierno.

Los cuarenta días de Sánchez sin contestar a la prensa ni comparecer en el parlamento, el intolerante topetazo de Oscar I contra alguien de la consistencia, integridad y mérito de Eduardo Madina o el nuevo lío argumental en el que se ha metido Oscar II denunciando la existencia de una “Kitchen Dos” cuando es su gobierno el que controla desde hace siete años Interior, son síntomas de un mismo deterioro.

Por no hablar de la soledad de Margarita Robles en la reunión preparatoria de la cumbre de la OTAN, en la que los aliados pedirán a Sánchez lo que no estará en condiciones de dar mientras no disponga de ese Presupuesto del que no dispondrá nunca.

Reconozco que la descripción de España como “un puzle roto”, que Page hizo el viernes ante Sánchez, tiene ese deje quevediano del “miré los muros de la patria mía”, propio ya de una situación límite.

Pero recomiendo paciencia. El presidente de Castilla la Mancha ha puesto a “Pedro el Indispensable” ante el espejo del fracaso al que le ha arrastrado su ambición. Conociéndole, eso espoleará aun más su pretensión de prevalecer a costa de romper cualquier cristal.

Y seguirá cavando y seguirá hundiéndose. Primero se quedará sin luz, luego sin aire. Entonces tocará ir a votar.