Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
España supera el examen comunitario y sale del procedimiento de déficit excesivo una vez que la Comisión Europea ha constatado que «no experimenta desequilibrios» en sus cuentas. Gran noticia. A la vista de como evolucionan las cosas y de cual es la realidad, a mí me da que estos exámenes de Bruselas se parecen mucho a los de la EBAU española en los que aprueban más de 98% de los alumnos que se presentan a ella.
¿Exagerado, nueva ración de fango? Veamos. Tras 18 años consecutivos España incurrirá en déficit público este año y como mínimo el próximo y el siguiente. De tal manera que el último dato de la deuda total contraída para financiar semejante acumulación es ya de 1,613 billones de euros, un máximo histórico que lleva años superándose mes a mes.
Hasta ahora, y como el PIB ha crecido, el porcentaje de deuda sobre PIB se ha ido reduciendo, pero la tendencia se ha truncado y ha vuelto a subir este mes hasta el 109%. Le recuerdo que el compromiso europeo lo marca el 60%. Ya se que hoy da risa, pero es la cifra que se marcó en su día.
Esa situación la ‘tragamos’ porque la recibimos con anestesia. Una dosis es que nos aseguran que la deuda es barata. Es cierto que su coste medio se redujo mucho a lo largo del período de descenso de los tipos de interés, pero las cosas han cambiado y en mayo el coste medio se situaba en el 2,152%. Mientras que las emisiones realizadas en el año 2021 llegaron a ser del -0,04%, hace un año estaban ya en el 3,33%. El pago de los intereses suponen 31.000 millones de euros al año, lo que supone el segundo capítulo de gasto de los Presupuestos generales del Estado tan solo por detrás del pago de las pensiones.
La segunda dosis de anestesia es la que afirma que en realidad la deuda pública no se va a pagar nunca, para alegría de Pablo Iglesias que propugnaba esa medida ya antes de ser vicepresidente del Gobierno. ¿Que no se lo cree? Pues sí, consulte la Wikipedia y comprobará que ha sido vicepresidente del Gobierno de España. ¿Cuál es la realidad? Pues que la vida media de la deuda española es de 7,96 años. Si divide el total por ese 7,96 obtendrá una cifra ligeramente superior a los 200.000 millones que es la cantidad que vence cada año y que debemos devolver. Como no tenemos dinero para ello emitimos 200.000 millones de nueva deuda para pagar los 200.000 de deuda vieja que nos vence. En realidad es bastante más, pues también tenemos que financiar el nuevo déficit. Ponga unos 50.000 millones más y obtendrá de manera aproximada la cifra total de emisiones que encaramaos este año.
Claro que podríamos seguir la teoría del señor Iglesias y no pagar los vencimientos, pero ¿cómo esquivaríamos la suspensión de pagos y quién nos prestaría el dinero nuevo que necesitamos para financiar los nuevos déficits? Según Bruselas España no tiene desequilibrios en sus cuentas públicas. Genial, tan solo nos queda esperar que Santa Lucía les conserve la vista.