EL ECONOMISTA 02/06/2013
· La Estrategia de Seguridad Nacional sigue teniendo a ETA como objetivo. Pero, ¿qué queda de la banda? Apenas veinte miembros de la organización terrorista siguen al frente de los aparatos político, logístico, internacional, económico…, prácticamente inactivos, aunque las fuerzas de seguridad no se fían.
Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Efe sitúan a cinco terroristas en el comité ejecutivo o «zuba» de la banda: José Antonio Urrutikoetxea, «Josu Ternera»; Iratxe Sorzabal, «Ezpela»; David Pla, «Minzo»; Joseba Iñaki Reta de Frutos, «Zukaitz» y José Luis Eziolaza, «Dienteputo».
Junto a los «jefes» de ETA, la banda conserva en el aparato político a Mikel Irastorza; Egoitz Urrutikoetxea, hijo de «Josu Ternera», y Juan Cruz Maiztegi, «Pastor», veterano activista. En el logístico enmarcan a Xabier Goyenetxea, «Goyele»; Tomás Elgorriega, «Teo», y Reta de Frutos, también en la dirección, y que, según las fuentes, es de los últimos en incorporarse a la banda.
Interior da por desmantelado el «núcleo esencial» de este aparato, tras las detenciones en Francia el pasado 7 de mayo de seis terroristas encargados del control de zulos, la falsificación de documentos y el robo de vehículos.
Para su reemplazo, la banda cuenta con cuatro miembros adscritos al talde de reservas en Francia, Reino Unido, Bélgica o Italia -Anartz Arrabarri, Mikel Barrios, Sabin Mendizabal y Oier Egidazu-, indican las fuentes, que además cifran en una docena los miembros huidos que militaban en las filas de Segi, el entramado de apoyo juvenil que anunció su disolución en junio del pasado año.
Además del comité ejecutivo y los aparatos político y logístico, ETA dispone, según las fuentes, del talde de adquisición de material con Eneko Agirresarobe como único responsable y del aparato internacional, con Nekane Txapartegi, «Txatarra». De las finanzas de la banda se encarga «Dienteputo», el histórico etarra que formó parte del «comando Donosti» y que figura también en la «zuba».
En el frente «makos», el de los presos, tres etarras dirigen a sus acólitos desde las cárceles francesas: Mikel Albisu, conocido como «Mikel Antza», que fue jefe político de ETA; la compañera de éste Soledad Iparragirre, «Anboto» y Lorentxa Gimon.
Xabier Alegria, Anabel Egües y Jon Olarra encabezan el colectivo de reclusos en las prisiones españolas.
Otros dirigentes que las fuerzas de seguridad sitúan en los órganos de dirección, en este caso en el aparato de refugiados, son los históricos Eloy Uriarte, «Señor Robles», de 71 años, y en su día responsable del cobro del impuesto revolucionario, y Jokin Aranalde, de 66 años.
Apuesta por la vía política
Según las fuentes, la cúpula etarra sigue apostando por la vía política más de un año y medio después de que ETA anunciara el cese de su actividad armada.
De hecho, dicen las fuentes, la banda «no está haciendo ningún movimiento» que vislumbre posibles acciones terroristas. Incluso, la Policía ha llegado a demostrar que ETA no estaba detrás de algún robo de vehículo en Francia atribuido en principio a ella o de algún incidente con material explosivo registrado en Valencia.
Tres informes sobre la actual situación de la organización han llegado a la mesa de Interior con matices diferentes y, así, mientras el del Cuerpo Nacional de Policía es más alarmista y advierte del riesgo de escisión de ETA y su posible vuelta a las armas, el del CNI no ve prácticamente ningún peligro y la Guardia Civil no descarta del todo ningún escenario.
Unos informes que han suscitado comentarios de todo tipo hasta el punto de que un fiscal de la Audiencia Nacional, Carlos Bautista, llegó a esgrimirlos en un juicio y advirtió de que Interior contaba con análisis policiales que daban por hecho la escisión de la banda y su vuelta a las armas, lo que fue negado por fuentes del Gobierno.
Con todo, las fuentes consideran que en el caso de que se produzca esa ruptura, vendrá de la mano de unos pocos, presionados por los reclusos y con escasa o nula capacidad para perpetrar atentados. Mientras, la banda sigue confiando en la negociación política, aunque ésta se frustró en Noruega, que obligó a Josu Ternera, David Pla e Iratxe Sorzabal a abandonar este país porque los verificadores internacionales comprobaron que no se estaban produciendo avances significativos.
En cualquier caso, las fuentes precisan que el núcleo duro de ETA está en prisión y que la banda está derrotada policialmente, por lo que España se encuentra ahora en «el mejor de los escenarios» para liquidar definitivamente este periodo negro en la historia del país.
EL ECONOMISTA 02/06/2013