Quejicas valientes

EL MUNDO 06/06/17
BERTA GONZÁLEZ DE VEGA

CUANDO los alumnos de Baleares se sienten para hacer Selectividad se encontrarán la prueba en catalán pero, este año, podrán pedir copia en español sin más, un acto de libertad que ha provocado que dimitan algunos profesores del tribunal organizador. Antes, sólo se daba a quien justificara por qué estaba exento. Los que prefieran el español para jugarse la entrada en un grado exigente tendrán que levantar la mano y pedírselo a unos profesores obligados a señalar cuántos han sido. Serán pocos, claro. Con ese método es justo lo que se busca, el «te lo dije» que no le interesaba a nadie. Lo suyo sería ver qué pasa si se pusieran dos montones a la entrada de la clase y, luego, analizar cómo se han corregido unos y otros. Esa transparencia sin sociedades panameñas no se investiga.

Este año es distinto gracias las gestiones del Ciudadanos balear de Xavier Pericay (no confundir con Ciudadanos de Juan Marín, Andalucía). Ha sido el Gobierno central el que contactó con la Universidad de Baleares para pedir las copias en español. Al enterarse, se procedió a las instrucciones y a un lenguaje que delata. Se proporcionará versión española «en caso de que el alumno se queje». No es que te dé la gana hacerlo en la lengua oficial en España. No. Es que eres un quejica. El presidente del tribunal es Joan Stela, profesor de Física, que no leerá revistas en catalán si le interesa el futuro de su especialidad. Tampoco si le gusta el pasado desde la manzana de Newton. Leerá en inglés, idioma en el que se examinarán cientos de alumnos baleares en los A levels británicos. A lo mejor ha llegado la hora de abrir un Colegio Español subvencionado allí.

Según la noticia de Mayte Amorós, los profesores dimisionarios alegaron que «el cambio introducido convierte la lengua propia de Baleares en una lengua folclórica, accesoria y prescindible» y que «no tiene otra explicación que la fobia y el odio hacia la lengua propia de Baleares, el catalán». La otra explicación se llama libertad para considerar que, efectivamente, el catalán es una lengua menor en una visión del mundo, pero que la use quien quiera. Unos imponen y otros eligen. Los quejicas que levanten la mano serán valientes.

Quizá hablamos demasiado de Cataluña. Conviene hacerlo también de Baleares y de Valencia.