Iñaki Viar-Editores
La semana pasada se produjeron tres situaciones diferentes del Presidente Urkullu en las que se quejó en diferentes formas ante sus interlocutores.
En su intervención ante un evento importante que reunió a numerosos empresarios vascos Urkullu comenzó su intervención en euskera. Pero ocurrió algo sorprendente en este país vasco. El auditorio de empresarios emitió quejas y toses que tuvieron el efecto de suponer un boicot a la intervención del lehendakari.
Al parecer, según la prensa Urkullu se mostró molesto y reconvino al auditorio de empresarios. Se quejó de la falta de respeto del auditorio respecto a la lengua, vascuence, con que el presidente comenzó su intervención. El presidente Urkullu sabe que la lengua materna de sus interlocutores es el español y que si alguno de los presentes sabe euskera, es difícil que lo domine como para tratar las cuestiones políticas y económicas del tema tratado.
En cambio todos los empresarios se manejan perfectamente en español.
Los empresarios vascos no desprecian el euskera, pero no tienen facilidad para expresarse en esa lengua. Por eso los despreciados fueron esos empresarios a los que el lehendakari no les habló en la lengua en que se expresan habitualmente. Y así desde hace décadas. Un malestar importante se produjo para que los empresarios, gente habitualmente educada manifestaran su descontento del modo en que lo hicieron.
Lo despreciado en ese acto fue el español, que también es la lengua materna del lehendakari y en la que se expresa mejor, como cualquiera que lo oiga puede comprobarlo.
Como siempre se trata de la liturgia que imponen los nacionalistas. Su ritual del poder. Ponen el euskera por encima del español. Y los hacen siempre. Tienen la vana esperanza de que aquí a un tiempo todo el mundo hable euskera y el español sea residual.
Hace unos días estuve paseando por Bilbao detenidamente. La gente que hablaba euskera era un pequeño porcentaje. Yo diría que el mismo que hace más de cincuenta años.
Quienes somos despreciados por las instituciones nacionalistas somos la inmensa mayoría de los ciudadanos de Bilbao. En otros lugares los porcentajes variarán.
Ahora esperan hacer desaparecer el español del sistema educativo. Esperan que así toda la población se pase a hablar euskera. La “Reuskaldunización”. Los nacionalistas saben que eso es imposible que se produzca. Pero mientras, van manteniendo a una población sumisa.
Hasta ahora. Esta novedad de atreverse a protestar por la imposición del euskera no se la esperaba el lehendakari. Se ha atravesado una línea roja. Vendrán más.