Javier Zarzalejos-El Confidencial
El ‘expresident’ no va a regresar. No quiere entrar en la cárcel y su plan es mantenerse como referencia de la legitimidad del independentismo fuera del alcance de la Justicia española
Mi interlocutor tiene una trayectoria rectilínea como fuente de información fiable y segura. Es un catalán orondo, jurista, culto, viajado y con las mejores relaciones en Barcelona y Madrid. Y está al tanto de lo que ocurre en el entorno de Puigdemont. Sabe lo que va a ocurrir y mantengo con él una breve conversación que adelanta el escenario del día 30 en el Parlamento de Cataluña.
–Si se celebra, porque en el caso de que el Tribunal Constitucional admita el recurso del Gobierno acordado ayer por el Consejo de Ministros contra el criterio del Consejo de Estado, el pleno quedaría suspendido. Creo que el Gobierno se ha confundido con este recurso. El expresidente Pérez de los Cobos cohesionó al TC de una manera eficaz y logró que las resoluciones sobre el proceso soberanista se dictasen por unanimidad. Ejerció con inteligencia y sentido institucional la mejor época de este órgano que ahora el Ejecutivo pone en un innecesario brete.
–¿Aceptaría la Mesa una suspensión, obedecería al Constitucional?
–No veo en este momento intención de volver a la dinámica anterior al 21-D. Me inclino a pensar que, aunque con una bronca importante entre JxCAT, ERC y la CUP, quizás no se celebrase. Porque si la Mesa desafía la eventual suspensión cautelar, Torrent y los demás miembros que le secunden se exponen a una segura querella por desobediencia y prevaricación, difícil de articular porque la defensa se la ha servido el Consejo de Estado.
–¿Entonces?
–Entonces, si se celebra el pleno, no hay que esperar que asista Puigdemont. El ‘expresident’ no va a regresar. No quiere entrar en la cárcel y su plan es mantenerse como referencia de la legitimidad del independentismo fuera del alcance de la justicia española. No me parece demasiado realista, pero este hombre es así. Puede resultar un tanto histrión, pero él se cree lo que está haciendo y muchas personas de su entorno, también. Llarena siempre tiene en su mano activar la euroorden. De eso no debe olvidarse ni Puigdemont ni los que le asesoran.
–Si se celebra el pleno, ¿sería una investidura telemática o por delegación?
–No, telemática, no. Sería por delegación. Un diputado, quizás Jordi Turull, leería el discurso de Puigdemont que, además, se repartiría a los demás diputados. Es muy probable que la oposición, menos los comunes y con la duda del PSC, se ausente del pleno y Torrent, una vez leído el discurso, abra la votación y proclame a Puigdemont ‘president’ electo de la Generalitat de Cataluña. Aquí hay que ver qué pasa con los ‘consellers’ que le acompañan: si la Mesa acepta su voto delegado contra el criterio de los letrados del Parlament, o si renuncian al acta y son sustituidos. En este momento este extremo está en discusión.
Puigdemont se mueve ya en el mundo de lo simbólico, del legitimismo, y sabe que desde Bruselas es imposible gobernar
–Sería presidente muy poco tiempo.
–Él lo sabe. Quiere ser ‘president’ unas horas, unos días, recuperar a través del Parlament la condición que le privó la aplicación del 155. Luego lo dejaría, renunciaría sin esperar acaso a la suspensión cautelar del Tribunal Constitucional. Puigdemont se mueve ya en el mundo de lo simbólico, del legitimismo, y sabe que desde Bruselas es imposible gobernar. A su manera está en la realidad de las cosas pero quiere llevar el desafío al límite y JxCAT le secunda, también la CUP, y ERC lo hace igualmente porque sabe que tras Puigdemont vendrá un nuevo candidato y no habrá repetición electoral.
–¿Quién será el nuevo candidato?
–No tengo seguridad, pero no apuestes todo por Elsa Artadi. Tiene toda la confianza de Puigdemont, ha sido la directora de su campaña, fue asesora de Mas Colell y tiene una buena preparación económica, pero es muy joven y no es del PDeCAT. Podría ser consejera de Economía. Lo mismo que Eduard Pujol, el hombre que llevó al éxito a RAC1, la radio con más audiencia de Cataluña, independentista pese a pertenecer al grupo Godó, lo podría ser de Presidencia. Aún con el inconveniente de estar imputado, se perfila como ‘president’ alternativo Jordi Turull. Es una decisión que no se ha tomado pero va por donde te estoy diciendo.
–Un ‘president’ imputado es un problema
–Sí lo es porque si se le procesa por rebelión queda inhabilitado cautelarmente dada la gravedad del delito imputado y en ese caso habría que ir a otra investidura. Por eso están dando muchas vueltas al asunto. En las listas de JxCAT los diputados con experiencia de gobierno están todos en la misma situación y los demás carecen de experiencia de gestión porque es su primera incursión política.
Si se le procesa por rebelión queda inhabilitado cautelarmente dada la gravedad del delito imputado y en ese caso habría que ir a otra investidura
–En estas condiciones, seguirá la crisis
–Disminuirá la intensidad. Hay una vocación de regresar a un cierto sosiego, evitar plazos y desafíos, restaurar muchas piezas rotas de las instituciones de Cataluña. La factura del ‘procés’ aún no se pagado. Sus efectos económicos y sociales son diferidos.
–¿Hablarán con el Gobierno?
–En el supuesto de que Rajoy no quede despedazado por la propia crisis de Cataluña, y en la medida en que logre sacar los Presupuestos y salir relativamente bien librado de los casos de corrupción. Y, claro, si el interlocutor o interlocutora en la Generalitat es aceptable para un presidente del Gobierno de España. Pero te insisto –pero no me insistas– hay pulsión de normalización. Antes la crisis tiene que tocar fondo. Lo hará esta semana. Pero se prolongará si el Constitucional admite el recurso del Gobierno contra el pleno de investidura. Si eso sucede, todo lo que te cuento puede quedar seriamente alterado. Lo sabremos esta misma tarde.
Entendido