EL CORREO 19/06/13
Los líderes del PP y PSE abren una nueva etapa de confianza política en su primera reunión oficial tras la marcha de Antonio Basagoiti
La nueva presidenta del Partido Popular vasco, Arantza Quiroga, visitó ayer en un ambiente «cordial y distendido» la sede del PSE en Bilbao para entrevistarse con su secretario general, Patxi López, dentro de la ronda oficial de presentaciones que mantiene con las principales autoridades de Euskadi. Tras haberse reunido con el lehendakari, Quiroga celebró un encuentro con López que, según ambas partes, sirvió para abrir una nueva etapa de confianza tras la marcha de Antonio Basagoiti de la presidencia del PP.
Los líderes de los dos partidos, claves en el llamado cambio político de la pasada legislatura, aprovecharon la hora y cuarto que duró su cita para acercar posturas sobre la reforma fiscal y la gestión del final de ETA. Ambos defendieron una convivencia asentada «en la memoria y la verdad», de forma que «no se reescriba» la historia del terrorismo. Pese a su sintonía, conservan diferencias en el modelo de país y en política penitenciaria.
La cita entre Patxi López y Arantza Quiroga, solicitada por esta última, reunió ayer en la sede de los socialistas vascos a quienes habían sido en la anterior legislatura la primera y segunda autoridad pública del País Vasco. En aquel mandato, Quiroga fue considerada la primera cara del cambio a raíz de su nombramiento como presidenta del Parlamento, aupada al cargo por el pacto suscrito entre el PSE y PP. Este acuerdo, que permitió desplazar al PNV de Ajuria Enea, se convirtió ayer en materia de reflexión por los dos interlocutores, que coincidieron en su importancia por un doble motivo: para acabar con la hegemonía del nacionalismo y para empujar a ETA a su final definitivo.
Las cautelas, superadas
Sin embargo, las divergencias lastraron el pacto en la última etapa, lo que obligó al entonces lehendakari, Patxi López, a dar por concluido su mandato de forma anticipada. En el fondo de esas diferencias estaban precisamente dos asuntos que ahora vuelven a aflorar en las agendas: las prioridades en el nuevo tiempo sin violencia y la política económica. La disparidad de criterios, especialmente acusadas en el reto de la pacificación y el trato a los presos de ETA, también resultó significativa entre Quiroga y López, cuya relación institucional se vio salpicada por algunos cruces de reproches y ciertos recelos.
Cautelas que ayer se dieron por superadas tras su primera reunión oficial desde que Arantza Quiroga asumió el liderazgo del PP. En su repaso a la actualidad, ambos políticos se detuvieron en dos cuestiones. Por un lado, López abrió las puertas del PSE a los populares en busca de un amplio consenso sobre fiscalidad, después de que Quiroga haya asumido la posibilidad de elevar la presión sobre las rentas altas a cambio de suavizarla a las bajas.
Quiroga reclamó destinar a la generación de empleo las partidas que se obtengan gracias a una mejora de la recaudación. Pese a algunas diferencias en torno al concepto de foralidad, el PSE y PP se mostraron optimistas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo a tres bandas con el PNV. Un consenso que les permitiría sacar adelante sus propuestas fiscales en los tres territorios.
Por otro lado, los dos líderes reiteraron la necesidad de exigir la disolución de ETA, cuando ha transcurrido año y medio del cese «definitivo», y abogaron por sentar unas bases «mínimas» para compartir un relato tras décadas de terrorismo que impida «reescribir la historia».