EL MUNDO, 30/9/12
Presenta al PP como única garantía para defender el orden constitucional
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha querido articular un discurso firme en una acto de precampaña del PP en el País Vasco, donde las encuestas pronostican una mayoría nacionalista y un posible efecto rebote de lo que está sucediendo en Cataluña, y ha lanzado un aviso a los que proponen aventuras soberanistas mirando de refilón a Artur Mas. “Lo peor que puede hacerse frente a la crisis es romper la estabilidad política. La estabilidad política es capital para las pensiones y para procurar ingresos para mejorar los servicios de las Administraciones. Y les vamos a decir [a los nacionalistas] que provocar división y enfrentamiento es lo peor que se puede hacer en una situación de crisis”, ha proclamado.
Y ha añadido: “¿Por qué hay aquí quien se empeña en regresar al pasado y nos dificulta salir de la crisis? ¿Por qué? La inestabilidad es enemiga de la Economía. Quienes en este momento están pretendiendo romper las reglas le están haciendo un enorme daño a su país, España […] Están empeñados en romper y trabajando en contra del sino de los tiempos”.
Rajoy, además, ha postulado al PP como la única garantía para defender el orden constitucional. “El PP está donde siempre, en la Constitución, que es el marco que ha unido y tiene que seguir uniendo a todos los españoles”, ha dicho. El PSOE, en cambio, “no sabe ni lo que piensa” sobre España, en referencia a sus titubeos con el posible referéndum independentista de Cataluña pero también a sus tres años y medio de Gobierno socialista en el País Vasco, que, según ha dicho, han defraudado a esa mayoría de vascos “que se sienten vascos y españoles”.
En la misma línea, el candidato del PP vasco a lehendakari, Antonio Basagoiti, ha calificado de “crucial” que los ‘populares’ obtengan un buen resultado en las urnas para “condicionar” una posible deriva nacionalista del PNV de Íñigo Urkullu, el favorito ‘a priori’.
Más reformas
La intervención de Rajoy en el País Vasco, la primera a su regreso de Nueva York y tras la presentación de los presupuestos de 2013, ha tenido un marcado carácter económico, aunque el presidente no se ha salido ni un milímetro de su discurso habitual. Ha atribuido buena parte de sus recortes a la herencia de José Luis Rodríguez Zapatero y ha anunciado que continuará con su agenda reformista porque “es una base sólida para el futuro” aunque aún no esté dando sus frutos, como muestra el comportamiento del mercado laboral.
No ha querido hacer ninguna referencia a la posible revalorización de las pensiones –el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, comparecía a la misma hora en las Cortes Generales- y tampoco al posible rescate de España, aunque se ha mostrado extremadamente satisfecho con la inyección europea de 40.000 millones para sanear la banca porque permitirá que empiece a fluir el crédito.
EL MUNDO, 30/9/12