DIARIO VASCO, 21/12/11
Los jeltzales reciben con buenos ojos la promesa del presidente de hablar de paz con ellos. El nuevo jefe del Gobierno, con mayoría absoluta y la abstención de PNV y Amaiur, reclamó a la coalición que «persevere» para que ETA desaparezca
Diálogo con el PNV y exigencia a Amaiur. Es el titular vasco que dejó ayer la segunda y última sesión en el Congreso de los Diputados, que concluyó con la investidura de Mariano Rajoy como nuevo presidente del Gobierno por 187 votos a favor, 149 en contra y 14 abstenciones, entre ellas precisamente la de los dos partidos vascos además de Coalición Canaria. Con ellos mantuvo el líder del PP el principal debate durante la mañana de ayer, en la que el discurso viró de la crisis económica del día anterior a la gestión del nuevo escenario sin violencia abierto en Euskadi tras el cese definitivo de ETA.
Ambos grupos vascos -uno de ellos, Amaiur, integrado por exigencia de la Mesa en el saturado Mixto- reclamaron a Rajoy atención prioritaria sobre este asunto, que el día anterior no había mencionado en su intervención. Y el PNV consiguió el «compromiso» de Rajoy de «hablar» de forma «prudente y discreta», como los jeltzales pidieron, de los pasos necesarios para asentar la paz y construir la convivencia. «Me importa su criterio, y mucho» en esta materia, le respondió el presidente al portavoz nacionalista, Josu Erkoreka. Y se mostró dispuesto a «arreglar de forma definitiva este asunto» abordando también -aunque no lo dijo expresamente- cuestiones referidas a los presos, siempre dentro de los márgenes de la ley, incidió.
Fin a la excepcionalidad
Los jeltzales, que sí habían pedido concretamente poner fin a la excepcionalidad en la política penitenciaria, recibieron satisfechos la respuesta del PP tanto en ésta como en otras cuestiones de su interés como la defensa de «los derechos nacionales del pueblo vasco, que forman parte de nuestro genoma», y la lucha contra la crisis mediante «una red de alianzas» y no con el «rodillo» que permitiría la mayoría absoluta de los populares.
El primer debate entre el portavoz jeltzale y el líder del Ejecutivo resultó amable y permitió a ambos extraer una conclusión clara: están dispuestos a colaborar a lo largo de esta legislatura. «No tengo el monopolio de la razón; no me veo ejerciendo la prepotencia ni perdiendo las formas», aseveró Rajoy ante la «inquietud» mostrada por Erkoreka por si los próximos cuatro años se va aplicar la máxima de «vencer sin convencer».
El nuevo presidente del Gobierno, que se había reservado su alusión al tiempo sin ETA a su ‘cara a cara’ con los partidos vascos, insistió en la «buena noticia» que supuso el comunicado del 20 de octubre en el que la organización armada anunció su cese -«aunque algunos me lo reprocharon», recordó Rajoy-, pero advirtió de que «la tranquilidad» aún no es «completa» porque ETA sigue existiendo.
Éste fue el argumento principal que empleó para responder al portavoz de Amaiur, Iñaki Antigüedad, cuya intervención acaparó la máxima atención de la Cámara baja y fue escuchada entre un silencio absoluto por los diputados. La expectación por la que fue la primera intervención de un miembro de la izquierda abertzale en la tribuna del Congreso después de 18 años era máxima y el ‘cara a cara’ entre Antigüedad y Rajoy no defraudó.
El portavoz de la coalición soberanista fue «al grano» para aprovechar los diez minutos que por deferencia le concedió la Mesa de la Cámara después de rechazar su petición de tener grupo propio. Y sobre la premisa, evidente, de que ambos son «adversarios políticos netos», Antigüedad pidió al nuevo presidente del Ejecutivo que no obvie la realidad electoral que ha llevado a siete de sus diputados a los escaños de la Cámara y hable con ellos como con el resto de grupos de su primer objetivo en esa institución: «la resolución integral del conflicto» antes que la independencia.
«No le debemos nada»
Y es que el portavoz abertzale defendió que es la sociedad vasca la que «considera» que el problema de la violencia en Euskadi tiene «una naturaleza política» y que hay que aprovechar la oportunidad abierta para solucionarlo. «La paz se hace con el enemigo no con el amigo», le insistió Antigüedad citando al exprimer ministro israelí y Premio Nobel de la Paz Isaac Rabin.
Pero Rajoy no admitió lecciones de nadie, y menos de Amaiur, a quienes recordó que «no les debemos nada» y emplazó a reclamar a ETA su disolución, porque «todavía existe». Los populares remarcaron, esta vez a través de su portavoz, el alavés Alfonso Alonso, que serán «especialmente exigentes» con la coalición durante toda la legislatura. «Le pido que sea perseverante a la hora de decirle a ETA que tiene que disolverse», insistió Rajoy en una de las réplicas a los siete portavoces del Grupo Mixto, que por cierto expresaron su queja por ‘el camarote de los Marx’ al que les ha confinado el reglamento. Y en respuesta a la intención expresada por Amaiur de «atornillarse a la mesa» si es necesario para que el Gobierno del PP colabore en el proceso de pacificación abierto.
El tono de su primer encuentro en la Cámara quizás fue menos virulento de lo que podría esperarse, un hecho que además quedó rebajado por la abstención que Amaiur decidió cantar a viva voz en el turno de votación nominal de sus siete parlamentarios. «No participamos en la elección de un presidente del gobierno español», fue el argumento que ofrecieron tras la investidura. Pero el caso es que la coalición abertzale optó por el mismo voto que el PNV, aunque por otras razones. Los jeltzales esperaban confirmar la disposición del PP a contar con ellos en cuestiones económicas y de índole vasco. Y al obtenerla, rechazaron el ‘no’ por el que optó la mayoría minoritaria del resto del hemiciclo.
DIARIO VASCO, 21/12/11