LA RAZÓN, 8/10/11
Llevará en su programa electoral el rechazo explícito al «Acuerdo de Guernica»
MÁLAGA- No sólo en economía el PP está midiendo cada acento que coloca en su programa electoral. La dirección adoptó la decisión de mantenerlo abierto, cuando ya estaba organizada la convención en la que se iba a presentar, para reforzar algunos de los principios generales que en él aparecían.
Más incluso que para concretar, sobre todo para acercar lo más posible su oficialización a la fecha electoral. «Si lo decimos, porque lo decimos; y si no lo decimos, porque no lo decimos en cualquier caso el PSOE lo va a intentar utilizar contra nosotros», argumentan en Génova. Detrás de esta explicación está también la convicción estratégica de que su objetivo de aquí al 20-N debe ser no colocarse piedras a sí mismos en el camino.
Dentro de este análisis, otro de los capítulos en los que el PP está midiendo bien sus pasos es en el de la política antiterrorista. En el último borrador del programa incluyen el compromiso de utilizar todos los mecanismos legales para desalojar a las franquicias de ETA de las instituciones, con la precisión de que el Gobierno popular los aplicará «sin oportunismos políticos» y sólo de acuerdo con criterios estrictamente legales. Es decir, al margen de que esté o no en vigor un alto el fuego etarra. Añaden, incluso, que harán las reformas legales necesarias para hacer efectivo ese compromiso. Con esta jerga programática abren así la puerta a la utilización de la Ley de Partidos y de la Ley Electoral para echar a Bildu de las instituciones: si bien ni Bildu ni Amaiur aparecen citados expresamente en el documento para «no hacerles la campaña electoral», dicen desde la comisión encargada de elaborar el programa.
Sí aluden al «Acuerdo de Guernica», firmado por la izquierda «abertzale», para desvincularse tajantemente del mismo por entender que forma parte de la estrategia terrorista. Recientemente el lendakari, Patxi López, calificó de «buena noticia» el pronunciamiento de los presos de ETA a favor de ese acuerdo.
En el PP nacional y vasco justifican con dos razonamientos tanta prudencia en la criba de lo que dicen y lo que no dicen. Por un lado, recuerdan que, cuando la negociación de Loyola, el PSOE logró aglutinar todo el voto nacionalista en las generales, consiguiendo su mejor resultado electoral en Cataluña y en el País Vasco. Y ligado con eso, la segunda justificación es romper la estrategia del candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, para intentar rentabilizar electoralmente el supuesto fin de ETA.
El PP tiene también en cuenta que en los sondeos, en el capítulo de valoración de líderes, Rubalcaba sale mejor puntuado que Rajoy en temas de política antiterrorista. «Resulta increíble, pero así es, y Rubalcaba quiere rentabilizarlo», sostienen.
Hoy hablará Rajoy y al final, como siempre, él decide qué quita y qué deja en su discurso. Pero sus colaboradores contaban ayer con que en su mensaje, muy político y mirando hacia su alternativa, incluyese alguna alusión a la política antiterrorista y un dardo contra Rubalcaba por aferrarse a ETA como «si fuese el último clavo ardiendo» y por poner en peligro su derrota «sólo por su interés electoral».
Ayer el PP exigió al Gobierno que vigile a Amaiur en lugar de verter insultos contra ellos, en alusión a sus críticas contra el ex presidente José María Aznar. «Seguimos pensando que Bildu es el caballo de Troya de ETA», proclamó José Antonio Bermúdez de Castro, secretario de Electoral y diputado.
LA RAZÓN, 8/10/11