EL MUNDO – 18/06/16
· Intenta aglutinar el voto de centro derecha ante el temor de que la izquierda sume mayoría.
· Apretón del PP en la campaña a punto de encarar la semana final y definitiva. Mariano Rajoy y Albert Rivera han intensificado su pelea por el voto de centro derecha.
El líder de Ciudadanos busca su hueco entre los votantes que perciben al presidente en funciones como un obstáculo para la renovación del PP. Y los populares intentan desgastar a Rivera vinculando a Ciudadanos no sólo con el PSOE, sino también con Podemos.
Por segundo día consecutivo, el candidato popular alertó ayer de que el 26-J sólo hay dos opciones: el PP o la suma de Ciudadanos, PSOE y Podemos. «Ya lo intentaron el 20-D y no pudieron», defendió ayer en Guadalajara. Cumplido el ecuador de la campaña, Rajoy ha dejado atrás las metáforas y empieza a citar a sus adversarios con nombres y apellidos. Su mensaje fue que «PSOE y Ciudadanos solos, ni llegaban antes ni llegan ahora». Por eso, según Rajoy, la única fórmula es una alianza con Podemos, que ya se intentó en el proceso de negociación desarrollado tras el 20-D.
Con esta apelación, trata de matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, debilitar a Ciudadanos y, por otro, elevar el discurso del miedo contra Podemos. En su intento de movilizar el voto de centro derecha, Rajoy aprovechó su presencia en Castilla-La Mancha para sugerir la irrelevancia que en algunas provincias supone votar a Ciudadanos. Acompañado de María Dolores de Cospedal, el candidato del PP recordó que fue ella quien ganó las elecciones, pero que «los votos que algunos les dieron a Ciudadanos sirvieron para que otras fuerzas políticas ganaran escaños». «Ciudadanos ninguno, y por uno no eres la presidenta», le dijo a Cospedal. «Lección para el futuro», resaltó Rajoy, después de que Rivera haya asegurado que no respaldará su continuidad. El PP atribuye la campaña contra el presidente a que deben tener «malas encuestas».
Una vez dejada clara su postura sobre Ciudadanos, la formación de Pablo Iglesias fue ayer el principal destinatario de las críticas de Rajoy. Defendió que su gestión en ayuntamientos como el de Madrid o el de Barcelona ha demostrado que provocan «la pérdida de miles de empleos», con la paralización de operaciones urbanísticas o la negativa a autorizar hoteles de cinco estrellas.
Prácticamente el candidato popular ya no presta atención a los socialistas en sus discursos. Pedro Sánchez ha pasado a un segundo plano. Tras la sorpresa inicial que supuso el pronóstico del CIS –Unidos Podemos superará en votos y en escaños al PSOE–, los populares ya no albergan dudas de un sorpasso en la izquierda que confirman sus propios datos. La tendencia en estos momentos, según fuentes populares, es que el PP va «hacia arriba muy lentamente», Unidos Podemos se consolida en el segundo puesto, y PSOE y Ciudadanos están a la baja. «Nosotros –señalan en Génova– podemos lograr más porcentaje pero menos escaños. Todo va a depender de los ocho o diez escaños que se deciden por muy poco margen y en la última semana».
En todo caso, aunque en sus discursos de los últimos días Rajoy se haya expresado con más claridad, fuentes populares insisten en que continuarán con su estrategia de hablar de los asuntos que preocupan a la gente. Los estudios del PP apuntan a un gran hartazgo entre los votantes por la batalla política y, por eso, han intentado construir mensajes en positivo.
Mientras transcurren los días sin que nada parezca que vaya a romper la paz de una campaña anodina donde Rajoy se ha prestado a todo lo que le han propuesto –fotos con vacas de fondo, con alcachofas o ir a un programa tan alejado de su hábitat natural como El Hormiguero–, los populares se asoman con mucho sigilo al día después del 26-J. Insisten en que por mucho que Rivera haya elevado el tono, nada impedirá que se sienten a hablar. El único problema es que nadie en la dirección tiene fe, a la vista de los sondeos, de que la suma de PP y C’s pueda quedarse cerca de la mayoría absoluta. Otra vez, previsiblemente, la llave la tendrá el PSOE.
En Génova, algunos dirigentes quieren creer que si los socialistas quedan terceros en las elecciones Pedro Sánchez renunciará y esto engrasará las relaciones entre PP y PSOE hasta el punto de favorecer un acuerdo que permita a Rajoy seguir. No obstante, no todos hacen estos cálculos. Empieza a cundir el temor de que Unidos Podemos y el PSOE alcancen o se queden muy cerca de la mayoría absoluta. Si eso ocurre, señalan fuentes del partido, no se puede dar por hecho que no habrá un acuerdo. «Hasta ahora –alertan– Sánchez no ha hecho ningún caso al Comité Federal y, además, los barones gobiernan en sus comunidades gracias a Podemos».
Ante este horizonte, la movilización del votante de centro derecha es vital. Distintos cargos del PP han ratificado en los últimos días su percepción de que la acogida que están teniendo en la calle es mucho mejor que el 20-D. No saben explicar muy bien por qué. Una dirigente popular contaba esta semana que en diciembre, el día después de las elecciones, sólo una tendera en el mercado municipal lamentó el ascenso de Podemos. «Ahora me lo dice el carnicero, el pescadero…». Un veterano del partido se atrevió ayer con una teoría: «Tal vez nos han perdonado».
EL MUNDO – 18/06/16