ABC 08/04/14
· El presidente acusa a CiU de plantear al Congreso un «contrato de adhesión».
· Temas sobre la mesa: «Se puede discutir de muchas cosas, incluso de si el modelo de financiación es bueno o malo»
· Abierto al diálogo: «Las cosas se resuelven dialogando, no con decisiones unilaterales que se plantean a los demás»
· Un sinsentido: «No tiene sentido ir en contra del proceso de integración que vive el mundo: hoy no se puede ser pequeño»
· Portavoz en el Congreso CiU dice que el «no» de las Cortes no matará su plan y que «no volverá a Barcelona con las manos vacías»
Mariano Rajoy mantiene su predisposición a dialogar sobre Cataluña con Artur Mas, pero no sobre cuestiones planteadas de forma unilateral y que no se ajusten a la legalidad. Con este planteamiento acusaba ayer el presidente del Gobierno al de la Generalitat de querer imponer a toda la sociedad española una discusión sobre su decisión de fijar la fecha y las preguntas de una consulta soberanista. «Y ahora vamos a dialogar sobre esta decisión que he tomado yo (por Artur Mas). ¿Tenemos que decir que sí a esto? A eso se le llama contrato de adhesión», reprochó Rajoy a un día de que el Congreso de los Diputados debata la petición que ha hecho el Parlament catalán al Estado para que se le transfiera la competencia para convocar referéndum.
De esta forma, Rajoy avanzaba que el Gobierno rechazará hoy en el pleno las pretensiones del «Govern», esgrimiendo para ello una amplia batería de argumentos jurídicos, fundamentalmente que la consulta no tiene cabida en la Constitución. El Congreso parará los planes secesionistas de Mas con una amplia mayoría, pues el PSOE también votará en contra, en una suerte de coalición entre populares y socialistas como la que en 2005 tumbó, en el mismo escenario, el Plan Ibarretxe para el País Vasco.
Pese a ese anunciado fracaso, el portavoz adjunto de CiU en el Congreso, Pere Macias, aseguró ayer que, a diferencia de aquella propuesta vasca, la de Cataluña es «sólida» y no morirá en su debate en las Cortes Generales. «No se parará por una lectura constitucional muy restrictiva», amenazó, augurando incluso que el Parlamento catalán «no volverá a Barcelona con las manos vacías».
Ante ese «no» de PP y PSOE y el empeño de los nacionalistas, los empresarios del país preguntaban ayer al presidente del Gobierno si realmente puede alcanzarse una solución dialogada al actual conflicto político. «Espero que sí, no se me pasa por la imaginación otra cosa», respondió Rajoy durante la clausura de la Asamblea Anual de Socios del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), en la que, una vez más, pero con las citadas condiciones insalvables, el presidente volvió a ofrecer diálogo al Ejecutivo catalán.
«Debemos hacer un esfuerzo y sujetarnos a la ley; estas cosas se resuelven dialogando y no tomando decisiones unilaterales para después plantearlas a los demás», insistió el presidente, quien incluso admitió que «se puede discutir si el modelo de financiación es bueno o es malo».
La secesión, anacrónica
Lo que Rajoy trata de hacer ver a los nacionalistas catalanes es el poco sentido que tiene plantear un desafío soberanista en un tiempo en que el mundo va por el camino contrario. En el que, por ejemplo, la Unión Europea avanza hacia la unión bancaria y fiscal, que suponen una mayor integración y la cesión de soberanía por parte de los países, y negocia acuerdos comerciales a escala global, con Estados Unidos y Japón. «Hoy no se puede ser pequeño», explicó.
Previsiblemente esto forme parte del discurso que utilice hoy el Ejecutivo en el debate del pleno del Congreso, así como la histórica relación entre Cataluña y el resto del país. «Esta es la nación más antigua de Europa, llevamos más de 500 años viviendo juntos, tenemos lazos familiares, afectivos y de sangre y hemos hecho muchas cosas juntos, hemos tenido aciertos y errores, pero juntos», recordó ayer ante los empresarios. Y añadió: «Cataluña ha sido muy importante para España en el pasado y lo seguirá siendo en el futuro».
ABC 08/04/14