EL MUNDO – 21/04/16
· Rechaza celebrar una consulta vinculante pero acuerda con Puigdemont hablar de financiación.
Ayer, el presidente del Gobierno en funciones respondió nuevamente con un «no» a la primera de las demandas que Puigdemont le planteó y que no podía ser otra que la celebración de un referéndum vinculante de autodeterminación en Cataluña.
Rajoy admitió abiertamente que Puigdemont no dudó a la hora de presentar esta reclamación, pero igualmente él se mantuvo firme en la posición que siempre ha defendido el Gobierno. «Le he dicho que sin ley no hay democracia y que yo, como presidente, haré cumplir la ley», explicó.
En definitiva: si el Gobierno catalán se empeña en proseguir con su hoja de ruta independentista, el Ejecutivo central, al menos mientras Rajoy esté al frente, no dudará en utilizar cuantas medidas legales estén en su mano para ponerle freno. Rajoy, en este sentido, no se ha movido un milímetro de la posición que siempre ha mantenido en relación con esta cuestión.
«Defenderemos», repitió, «la unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad entre españoles vivan donde vivan». «Cataluña es España y creo», insistió, «que esto es lo que sienten la inmensa mayoría de los españoles».
En opinión del presidente en funciones, convenía dejar clara esta postura para evitar «malentendidos». Y cuando su interlocutor se quejó de la «judicialización» de las relaciones entre ambos gobiernos, haciendo referencia a la treintena de recursos de inconstitucionalidad presentados por el Ejecutivo central contra leyes y decisiones de Cataluña, Rajoy replicó que su «obligación» es «preservar la ley».
Pese a todo, la cita entre ambos abrió un nuevo camino para la colaboración en otros terrenos. Así, por ejemplo, se anuncia un próximo encuentro entre la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, para abordar asuntos tales como el traspaso de competencias pendientes, las reclamaciones de más financiación o las necesidades de inversión que plantea Cataluña.
Y es que Rajoy insiste en que los siete millones de catalanes, al margen de su opinión respecto al proceso soberanista, deben ser atendidos por el Gobierno central, que es «el de todos».
Durante la reunión, los dos mandatarios abordaron también cuestiones como la crisis de refugiados que afronta Europa, las perspectivas de la economía española o la necesidad ineludible de proceder a un nuevo modelo de financiación autonómica.
Sobre todos estos asuntos, Rajoy mantiene que es imprescindible la «colaboración» de la Generalitat. E insistió: «Hay voluntad de ver qué se puede hacer y qué es lo que no».
El presidente en funciones puso especial empeño durante el encuentro en explicar a su interlocutor con todo detalle la política que ha desarrollado su Gobierno a lo largo de la legislatura –especialmente en el terreno económico–, haciendo hincapié en la necesidad de «perseverar» en la senda de reducción del déficit y en el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria. En este sentido, aprovechó para reclamar a Puigdemont «un esfuerzo» para equilibrar las cuentas catalanas. Esta demanda choca con las aspiraciones del presidente catalán de conseguir mayor flexibilidad presupuestaria para Cataluña, una comunidad que tiene completamente cerrado el acceso a la financiación en mercados internacionales.
Igualmente, se explayó en puntualizar todos los pasos y ofrecimientos que ha hecho España ante sus socios de la Unión Europea para contribuir a paliar la situación de los refugiados, procedentes en su mayoría de Siria.
El presidente trasladó a Puigdemont el compromiso de España de reubicar un total de 15.868 personas que se encuentran ya en territorio comunitario y han solicitado asilo. Esta cifra se completará con el reasentamiento de otras 1.449. De manera inminente, sin embargo, las cifras se limitarán a un total de 285 reasentamientos y 150 acogidas de personas procedentes de los campos de refugiados griegos.
Rajoy anunció al presidente catalán la intención de aprobar mañana viernes en Consejo de Ministros una partida de 83 millones de euros que se repartirán entre las organizaciones no gubernamentales que colaboran en la acogida de los refugiados.
EL MUNDO – 21/04/16