ABC – 25/07/16
· Mantiene contactos discretos en ámbitos sociales y con políticos cercanos al presidente de Ciudadanos.
· En el PP sospechan que el veto a su candidato responde al miedo a ser «fagocitados», pero asumen que «es complicado» para C’s pasar al «sí».
· El presidente del PP ha elegido premeditadamente un perfil bajo, pero las reuniones son constantes. «Rivera tiene miedo al abrazo del oso, a desaparecer si presta su apoyo al PP»
Mariano Rajoy se está empleando a fondo estos días para conseguir formar un gobierno. Pero lo hace a su modo, desde la discreción, en el lado donde los focos no llegan. Es, dicen quienes le conocen, la técnica que le parece más adecuada para obtener resultados, que es lo que quiere, y no titulares a corto plazo. La meta es formar gobierno. Y el camino para conseguirlo, el «sí» de Albert Rivera. Para lograrlo está tocando muchas teclas de personas del mundo empresarial, la sociedad civil y la política, intentando presionarlo para que le apoye en la investidura.
Fuentes de la dirección del PP explicaron a ABC que el presidente popular ha elegido premeditadamente un perfil mediáticamente bajo durante estas jornadas para concentrarse en trabajar. Está manteniendo contactos con numerosos colectivos, entre los que se encuentran desde responsables de las grandes empresas españolas a profesionales de la comunicación, y también a políticos más o menos cercanos a Ciudadanos.
Convencer a Rivera
En todos los casos, el mensaje que se lanza es el mismo: es necesario convencer a Albert Rivera para que cambie su abstención técnica en segunda votación por un «sí» a un futuro gobierno presidido por Mariano Rajoy. Recuerdan que un gobierno sólido supone una inyección de estabilidad para el país, no sólo en lo político sino también en lo económico y para el empleo, uno de los objetivos claves para el PP.
En el PP entienden que «con el «sí» de Ciudadanos, hay gobierno». Sin embargo, del PSOE no esperan nada: ven imposible el «sí» pero también la abstención. Por eso, insisten en la presión sobre Rivera para intentar hacerle cambiar de actitud y facilitar la gobernabilidad del país.
Una de las causas que, según creen, puede estar frenando el apoyo de la formación naranja hacia el Partido Popular es su pánico a las consecuencias que podría tener para su futuro político un compromiso con los populares. «Tienen miedo al abrazo del oso, a desaparecer» si resultan finalmente absorbidos por la formación de la calle Génova, explican de manera gráfica.
Campaña muy agresiva
Además, otro escollo con el que cuentan en Ciudadanos es su trayectoria: en la campaña electoral pusieron toda la carga contra la figura de Mariano Rajoy. Ahora, cambiar esa actitud y hacerla girar hasta un «sí» a un gobierno del presidente popular les supondrá «hacer un largo recorrido, que se les hace complicado», reconocen los dirigentes del PP.
De momento, el plan es mantener la presión en esos frentes empresariales, sociales y políticos, intentando que en los próximos días se produzca el ansiado giro de Ciudadanos hacia una postura de apoyo a la alianza con el PP. En este sentido, están abiertos a cualquier fórmula que planteen los responsables de la formación naranja: desde el simple apoyo de investidura al pacto de legislatura con compromisos concretos en algunos temas, o incluso la participación de Ciudadanos en el futuro Ejecutivo. Como reveló ayer ABC, Rajoy está dispuesto a ofrecer a Albert Rivera la vicepresidencia del Ejecutivo, así como carteras importantes a personas de su equipo.
Recuerdan que muchas de las propuestas que les han planteado ya por escrito los populares a los dirigentes de la formación naranja son similares a las que ya firmó en su día Ciudadanos con el PSOE en su pacto de la anterior legislatura. Y que en otras muchas cuestiones de las que plantean arrancan ambos de posiciones de partida similares en lo ideológico. En este sentido, insisten en que la abstención técnica que ofrece Ciudadanos no les basta en el PP y no les permitiría un gobierno estable como el que plantea Rajoy.
Otros dos factores de presión para Rivera –y para el PSOE– son el fantasma de las terceras elecciones y las cada vez más cercanas consecuencias de condenar a España a un escenario de desgobierno.
ABC – 25/07/16