ABC – 14/02/16
· Cree que, si no fragua el acuerdo PSOE-Podemos, el miedo del líder socialista a las urnas le obligará a no bloquear a PP y Ciudadanos.
Mariano Rajoy es de loss pocos optimistas enn el PP que cree en laa posibilidad de seguir siendo presidente del Gobierno. En su entorno han echado las cuentas y lo quee les sale es todo lo contrario: Podemos ofrecerá su apoyo al PSOE a cambioo de carteras en el Gobierno; la absten ción de PNV y ERC está ya acordada; y Ciudadanos, desmotivado por los escándalos de corrupción en Génova, no bloqueará una salida –constitucional y sin referéndum de autodeterminación– al impasse político, colocando a Pedro Sánchez en La Moncloa. Sin embargo, el presidente en funciones se fía de la sensatez de Albert Rivera: su relación ha ido de menos a más, apuntan fuentes de La Moncloa, y Rajoy está convencido de que el documento con cinco puntos para el acuerdo que le entregó «es un buen punto de partida, que no se puede rechazar desde el sentido común».
Pero, mientras que con Rivera la sintonía cada vez es mayor, el propio jefe del Gobierno sabía que la cita con Pedro Sánchez de anteayer iba a ser infructuosa. «De hecho –describe un miembro de su núcleo más cercano– es el único político que le hace perder la compostura». El interlocutor de ABC se refiere a la polémica por el apretón de manos que no se consumó entro uno y otro frente a las cámaras. Ese mismo cargo relata que el presidente ya dijo hace unos días, a preguntas de los periodistas, que recibiría a Sánchez «como se merece». No se atreve a confirmar que ya estuviera pensando en ese «desaire» público, pero «lo cierto es que es imposible que se entienda con él».
Los populares sabían que Sánchez iba a rechazar de nuevo la gran coalición para formar un Gobierno que dé estabilidad a España, como defiende Rajoy. «Pero el presidente lo va a repetir cuantas veces haga falta porque cree que es lo más sensato, razonable y democrático», apunta ese dirigente. Los planes de La Moncloa pasan ahora por que Ciudadanos «responda a su responsabilidad», no participe en un bloque de «extrema izquierda» y Sánchez «fracase en sus intentos de investidura a partir de primeros de marzo». Entonces Rajoy lo intentará («no descarto presentarme a una sesión de investidura», dijo ayer), con la esperanza de que Ferraz entre en razón. La jugada es arriesgada, reconocen, yay que por el camino podría fraguar el acuerdo con Pablo Iglesias y la abstención de Rivera; y el PP se iría a la oposición.
A La Moncloa llegan noticias del equipoe negociador de Ciudadanos con ele PSOE que revelan que la estrategia de Pedro Sánchez es que el electorado penalice en las urnas –si hay que repetir elecciones en verano– a los que han bloqueado los acuerdos y premie ala partido que lo ha intentado. En esa lista de posibles «castigados» Ferraz incluye a Podemos y a Ciudadanos.
Pero el PP, sabedor de que las encuestas no arrojan datos de crecimiento electoral que le permitan liderar una mayoría suficiente (la que publica hoy ABC apunta al hartazgo ciudadano), también maneja ese mismo argumento, pero a su favor: si el líder del PSOE no logra ser investido y es Rajoy el que presenta su candidatura serán los socialistas, si se niegan a respaldarle, los que queden retratados frente a los electores. «Será muy difícil explicar que, seis meses después, el segundo partido no haya facilitado un gobierno de estabilidad», concluyen.
ABC – 14/02/16