EL CORREO 18/04/13
En La Moncloa esperan que el president aparque la convocatoria de la consulta independentista para resolver sus problemas financieros
El Gobierno de Mariano Rajoy cree que la realidad económica y financiera de Cataluña hará que Artur Mas desista, al menos de momento, de sus aspiraciones soberanistas y renuncie a convocar la consulta de autodeterminación el próximo año.
Esta es la conclusión que saca el Ejecutivo ante el cruce de declaraciones contradictorias entre consejeros del Gobierno catalán. En La Moncloa apuntan que «la prioridad» para Mas será resolver la delicada situación de sus finanzas, y para ello el entendimiento con el Ejecutivo de Rajoy es inevitable. La flexibilización de los objetivos de déficit está en manos de Hacienda, así como la concesión de créditos del Fondo de Liquidez Autonómico para atender a los importantes vencimientos de deuda de este año.
La situación se complica aún más para el presidente catalán porque la aprobación de los Presupuestos está en el alero por la negativa de todos los partidos, salvo CiU, a secundarlos. Esquerra Republicana, el socio de los nacionalistas, se niega a avalar unas cuentas que conllevan un severo recorte del gasto de más 3.500 millones de euros. Los republicanos calculan que sin cuentas el presidente de la Generalitat puede verse abocado a un adelanto electoral del que ERC sería el gran beneficiario, a tenor de lo que apuntan las encuestas, y CiU uno de los principales perjudicados. En Esquerra acarician la idea de convertirse en primera fuerza política de Cataluña.
Tampoco ayuda nada a la estabilidad del Gobierno de Mas las disensiones entre el consejero de Justicia, Germà Gordó, quien defendió que la celebración de la consulta soberanista debe contar con el acuerdo del Ejecutivo de Rajoy, y el de Presidencia y portavoz gubernamental, Francesc Homs, quien sostuvo que el referéndum se convocará en 2014 con independencia de lo que diga el Gobierno central.
Lo que parece seguro, al menos en ello coinciden todos los miembros del Ejecutivo de Mas, es su apuesta por celebrar una consulta soberanista. No está tan claro, sin embargo, cómo afrontar su celebración. La clave está en el cómo y en el cuándo.
«Herejía»
El líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, negó, no obstante, que existan discrepancias entre los miembros del Govern. Es más, aseguró que su objetivo sigue siendo convocar el referéndum en 2014. Advirtió de que plantear un retraso no supondría ninguna «herejía». Duran reaccionó de este modo a las declaraciones del conseller de Justicia, Germà Gordó, quien apeló a no ir «acelerados» en el proceso, ya que el pacto con ERC lo permite. «Recordar que eso es posible no es decir que estamos aplazando la consulta, es explicar pura y simplemente lo que dicen los textos de los acuerdos suscritos», subrayó Duran Lleida.
La sombra de la división llevó también a diversos consellers a salir ayer en defensa de la unidad del Govern. El responsable de Empresa y Empleo, Felip Puig, remarcó que la determinación del Govern de cara a la convocatoria del referéndum soberanista es «incontestable», mientras que su homólogo en Interior, Ramón Espadaler, aseguró que «todo el gobierno está concentrado para que la consulta se pueda hacer de forma legal».