EL CORREO – 25/07/14
· La Moncloa ve improbable que el presidente catalán vaya a vulnerar la ley con la convocatoria de la consulta.
Mariano Rajoy sigue convencido de que la sangre no llegará al río en Cataluña y que Artur Mas reculará con la convocatoria del referéndum del 9 de noviembre. El presidente del Gobierno tiene informaciones fiables de que el jefe del Ejecutivo catalán no va a vulnerar la ley y no celebrará una consulta ilegal. La inquietud en La Moncloa se centra en que Mas sea incapaz de aguantar la presión soberanista, sobre todo de su socio ERC, y ceda aunque acarree su inmolación política.
La opinión de Rajoy es compartida por los socialistas, que se remontan a la reunión que mantuvieron en Barcelona el presidente catalán y el todavía secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la que el primero garantizó que no iba a saltarse la legalidad y convocar un referéndum prohibido por el Tribunal Constitucional, decisión que la corte tomará sin duda en cuanto Mas firme en septiembre u octubre la convocatoria de la consulta .
Tranquilidad
Desde CiU se comparte este criterio, pero con una salvedad mayúscula. Tan ley es la española como la catalana, y el Parlamento de Cataluña tiene previsto aprobar en septiembre una ley de consultas con el apoyo del 80% de la cámara. En esa encrucijada el Gobierno de Rajoy defiende la prevalencia del Constitucional sobre un Parlamento autonómico.
Con esta seguridad sobre los planes del presidente catalán, en La Moncloa aguardan con tranquilidad la reunión de Rajoy y Mas del próximo miércoles. En el Gobierno no creen que se repita la escena de septiembre de 2012, con un presidente catalán enfadado por el portazo a su propuesta de pacto fiscal y que acabó por convocar elecciones anticipadas. El clima, dicen en Presidencia, es otro porque ambos gobernantes quieren una salida, aunque de entrada sus planteamientos sean antagónicos.
Un optimismo compartido en sectores empresariales y financieros catalanes. El consejero delegado del Banco Sabadell, Jaume Guardiola, dijo ayer que hay margen para que la conversación tenga «resultados positivos» porque la solución puede y debe «ser negociada».
A la relativa calma gubernamental contribuyen las garantías dadas por el PSOE de que va a ir de la mano de Rajoy en este asunto. La única fricción entre populares y socialistas es que los segundos apuestan por una reforma de la Constitución para dar una salida al problema.
Pero el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, pinchó de nuevo ese globo con el sabido argumento de que no hay clima político para trenzar un consenso como en 1978, porque no basta con que PP y PSOE se pongan de acuerdo y se requiere una mayoría «inmensa» que incluya a los nacionalistas.
EL CORREO – 25/07/14