EL MUNDO – 29/06/16
· La coalición revisaría la reforma laboral, las pensiones y la financiación autonómica.
Mariano Rajoy contactará con los líderes de las fuerzas parlamentarias a partir de mañana a fin de imprimir ritmo a las negociaciones de gobernabilidad. En La Moncloa se han estudiado ya con detalles los planteamientos de unos y otros a fin de presentar propuestas –la primera estará dirigida al PSOE– con fuerza suficiente para convencer de la necesidad de un pacto que permita, primero, la investidura; segundo, la formación de un Ejecutivo viable y, tercero, la aprobación de unos Presupuestos que deberían diseñarse en agosto.
El objetivo es activar de inmediato un equipo negociador que trabajará en paralelo a los contactos personales que mantendrá el presidente en funciones y que, previsiblemente serán discretos.
Rajoy jugará con todas las cartas consciente, aseguran en La Moncloa, de que los españoles han reiterado en estas segundas elecciones que quieren una etapa de «reformas con consenso» y que, «en ningún caso, el país puede permitirse nuevos comicios».
Pedro Sánchez será su primer interlocutor. Rajoy le propondrá el pacto más estrecho posible, la gran coalición, que incluiría la entrada de socialistas en el Gobierno. Pero no se quedará en una oferta de sillones.
En La Moncloa aseguran que los nombres serán lo último. Antes se pondrá sobre la mesa un plan en el que se incluirá la formación de una ponencia de reforma constitucional, algo que el PSOE reclama desde hace varios años; la apertura inmediata de trabajos con vistas a la aprobación de un nuevo sistema de financiación autonómica; la revisión de la reforma laboral para adecuarla a las nuevas previsiones e incentivar la creación de empleo estable y, la renovación del sistema de pensiones.
En medios gubernamentales aseguran ser plenamente conscientes de que la postura del PSOE es la del rechazo de plano a la coalición con el PP, pero están dispuestos a exprimir al máximo el argumento de que «es mejor participar en la cocina de los cambios, que quedarse fuera y sólo oler el plato».
En todo caso, si la negativa socialista es firme, Rajoy explorará la posibilidad de conseguir sólo el apoyo, directo o indirecto, para la investidura y una suerte de acuerdo de legislatura, explícito o implícito, que garantice un paquete mínimo de reformas.
La segunda opción de Gobierno pasaría por cerrar un pacto con Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria, que debería contar en todo caso con la abstención del PSOE –bastaría la de uno sólo de sus diputados– para sacar adelante la investidura.
Las propuestas en este caso incluirían la posibilidad de una reforma de la ley electoral que no implicara –advierten las fuentes consultadas– cambios constitucionales, es decir, que se mantuviera la horquilla prevista de escaños en Congreso y Senado.
Rajoy, además, utilizará la baza que ofrece el reparto de los nueve puestos que integran la Mesa del Congreso, incluido el de presidente de la Cámara. Con sus 137 escaños, y en ausencia de un pacto PSOE-Podemos que se presenta improbable, el PP puede asegurarse hasta cinco puestos incluido el de presidente, sillones que pueden cederse en función de las necesidades.
EL MUNDO – 29/06/16