ABC – 27/10/15
· El presidente, que «espera» no tener que tomar medidas como la suspensión de la autonomía, asegura que tiene previstos todos los mecanismos.
Caprichos, o no, del calendario político, mientras el presidente Rajoy reunía un Consejo de Ministros extraordinario en La Moncloa para disolver las Cortes y convocar elecciones generales el 20 de diciembre, en Cataluña se constituía el Parlamento autonómico, surgido de las elecciones del 27 de septiembre, con una presidenta independentista que abrió la legislatura al grito de «viva la república catalana». La situación, como mínimo, podría resultar inquietante: Cortes generales disueltas, y Parlamento autonómico dispuesto a declarar la independencia. Rajoy aprovechó su comparecencia, tras firmar el decreto de convocatoria electoral, para subrayar que el Gobierno de la Nación tiene previstos todos los mecanismos para frenar una hipotética declaración secesionista.
«Espero no tener que tomar esa decisión que están ustedes pensando, y que se imponga el sentido común», comentó Rajoy, en probable referencia al artículo 155 de la Constitución, que permite al Estado recuperar competencias de una Comunidad. Fuentes de Presidencia han subrayado que la disolución de las Cortes no supone ninguna cortapisa legal ni jurídica para cortar un desafío independentista.
En el balance de estos cuatros años de legislatura que ayer expiraron, Rajoy resaltó el «éxito» de la recuperación económica, pero se refirió a dos grandes problemas que han ensombrecido su mandato: el primero de ellos, «el de más gravedad», es el desafío secesionista catalán; y el segundo, los escándalos de corrupción.
«Nunca me he negado a dialogar, a negociar ni a escuchar las propuestas del señor Mas. Eso sí, nunca le he engañado sobre los límites de ese diálogo. Yo no puedo dialogar ni negociar sobre lo que no me pertenece, ni yo ni nadie. Y la soberanía nacional, los derechos de los españoles y su igualdad no son una competencia del presidente del Gobierno ni del Parlamento; son una competencia exclusiva del pueblo español», explicó.
«No es una prioridad»
Por eso, la propuesta de Rajoy para la próxima legislatura seguirá siendo la del diálogo, pero dentro de esas líneas rojas: ni un milímetro más allá. Tampoco tiene previsto abordar la reforma de la Constitución. De hecho, ni siquiera incluirá esa posibilidad en su programa electoral. Lo tiene muy claro: «No es una prioridad para España». Cerró así una puerta que había entreabierto este verano, con dos salvedades. Está dispuesto a escuchar las propuestas que le hagan, aunque ha constatado que no existe consenso en asuntos cruciales como la reforma del modelo territorial. Y segundo, hay otras cuestiones, entre las que mencionó la sucesión de la Corona, la pertenencia a la Unión Europea o la denominación de las comunidades autónomas, que no tiene ningún inconveniente en apoyar.
En su programa electoral también se incluirá el nuevo modelo de financiación autonómica, porque ahora sí hay dinero. Será por esta vía donde el Gobierno espera abrir un cauce de diálogo fructífero con la Generalitat de Cataluña y las demás comunidades.
A primera hora de la mañana, Rajoy informó al Rey, en el Palacio de la Zarzuela, de la disolución de las Cortes y la convocatoria electoral. A las diez, había convocado el Consejo de Ministros en La Moncloa, con la única ausencia del ministro de Defensa, Pedro Morenés, que sigue en Gran Canaria para dirigir la búsqueda de los tres militares desaparecidos. Sobre la una, Rajoy compareció ante los medios para informar del contenido del decreto y hacer un balance de la legislatura. A 53 días del 20-D, acababa de empezar la cuenta atrás para todos los candidatos.
Los números a su favor
Rajoy se mostró bastante más relajado y con más confianza que solo unas semanas antes. Se ve como el «mejor candidato» posible para afianzar el «éxito» de la recuperación económica logrado en esta legislatura, y se permitió bromear cuando se le preguntó si estaría dispuesto a dar su cabeza, en el caso de que fuera la condición de otros partidos para pactar tras las elecciones: «Mi cabeza está bien situada».
A Rajoy le acompañan los números, como demostró con un despliegue de gráficos que ilustraban de dónde venimos y a dónde hemos llegado. Es su principal argumento para pedir la confianza de los ciudadanos, y lo va a utilizar hasta el final, sin olvidar un solo número. «Empleo, crecimiento, confianza» es el tridente de su batería electoral.
Con los últimos resultados electorales y todas las encuestas sobre la mesa, el presidente es consciente de que necesitará pactar después del 20D, si gana las elecciones, para tener una mayoría suficiente, pero por ahora no entra en detalles: «Que los ciudadanos reflexionen sobre lo que es bueno para el futuro de España. Luego, ya hablaremos de pactos».
ABC – 27/10/15