ABC – 18/11/14
· El jefe del Ejecutivo niega el «referéndum definitivo» que le pide el líder de CiU.
La soberanía nacional es innegociable. No por sabida la postura de Mariano Rajoy fue menos contundente su respuesta a la carta enviada la semana pasada por el presidente catalán, Artur Mas, tras la celebración del simulacro de consulta del 9 de noviembre. El líder de CiU, que intentó capitalizar una votación en la que solo participaron uno de cada tres catalanes, pidió al presidente español que permita a los catalanes participar en un «referéndum definitivo», esto es, en una consulta similar a la que se hizo sobre la independencia de Escocia. La respuesta del Gobierno ha sido, una vez más, no.
Fuentes del Ejecutivo explicaron que Rajoy respondió ayer a la carta que hace una semana le envió el presidente Mas. El mensaje está claro: la soberanía nacional no es negociable. No obstante, en la línea de lo ya apuntado el pasado fin de semana desde Brisbane, donde el mandatario español participó en la cumbre del G20, Rajoy está abierto en diálogo, siempre y cuando éste se mantenga en los cauces de la Constitución y se demuestre voluntad de lealtad institucional. Algo que, a su juicio, Mas no ha demostrado al convocar unilateralmente una consulta sobre la secesión catalana e incumplir la suspensión decretada por el Tribunal Constitucional a instancias precisamente del Gobierno.
Proyecto separatista
El propio dirigente catalán aseguró durante la presentación de su hoja de ruta postconsulta que no tenía demasiadas esperanzas en una respuesta positiva por parte del Gobierno del PP, por lo que ha asegurado que mantendrá su proyecto secesionista. Para ello, pretende convertir las futuras elecciones autonómicas, adelantadas o no, en esa «consulta definitiva», que es una forma de revalidar su apuesta por unos comicios con carácter plebisicitario. El próximo 25 de noviembre, Mas protagonizará un gran acto en el que detallará su programa electoral, es decir, si éste incluye el objetivo de la independencia. A juzgar por las declaraciones efectuadas ayer por su número dos en Convergència, Josep Rull, está claro que los nacionalistas ya no esconden su fe separatista. «Alargar la legislatura hasta el 2016 con el PSC significaría renunciar a la independencia y esto no lo haremos», afirmó Rull en la red social Twitter.
De esta forma, CDC rechazaba un acuerdo estable con el PSC, que se ha ofrecido a dar apoyo a Mas para el resto de la legislatura, lo que incluye votar a favor de los presupuestos de la Generalitat para 2015, después de que ERC haya abandonado a CiU, dolida con el simulacro de consulta. El desprecio hacia los socialistas catalanes implica, por elevación, desestimar la reforma constitucional que el PSOE propone para solucionar el conflicto territorial que ha generado el presidente catalán.
Para CiU y ERC, la propuesta socialista supone un nuevo «café para todos», por lo que dan por agotada la negociación. A partir de ahora, los nacionalistas optarán por la política de hechos consumados, presionados por Esquerra y CUP, partidarios de la desobediencia.
Nuevo discurso
El partido liderado por Pedro Sánchez hace bandera de este modelo federal, frente a lo que califican de «inmovilismo» del PP. Por contra, Rajoy quiere implicarse en el «caso catalán» y, el próximo día 29, está previsto que visite Cataluña. Su objetivo es defender que ser catalán y español no es incompatible, y que en un mundo globalizado «a nadie estar aislado», dijo durante la citada reunión del G20. Ayer, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, apuntó a un cambio de estrategia de su formación, que pasaría por mejoras en la comunicación de la acción de gobierno. Fuentes de los populares catalanes admiten que el Gobierno no ha sabido explicar bien las inversiones, los proyectos y las ayudas que se destinan a Cataluña.
Es este sentido, el vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, se desplazará este viernes a Barcelona para arropar al PP catalán y atender algunas quejas internas que se han producido en los últimos días. Los populares catalanes echan en falta una estrategia clara por parte de Génova ante un ciclo electoral que oficialmente comienza en la primavera con las elecciones municipales, pero que podría verse alterado con un anticipo de los comicios catalanes, dado el empeño de Artur Mas por seguir su ruta secesionista.
ABC – 18/11/14