Rajoy enfrenta a Mas al espejo de sus actos

EL MUNDO 29/11/14

· Le enseña una Cataluña sumida en el «marasmo» y sostenida desde Madrid

Mariano Rajoy viaja hoy a Cataluña por primera vez tras el desafío del 9-N para encontrarse exclusivamente con los suyos. El presidente no mantendrá contacto con ningún representante de la Generalitat. Su actividad será de partido y tendrá como objetivo insuflar ánimos al alicaído PP catalán, que ve cómo su sello desciende imparable en las encuestas.

El presidente quiere hacer valer su política de sostén económico a Cataluña, su voluntad de defender el orden constitucional e incluso la contención y la proporcionalidad con la que cree haber dado respuesta al pulso del 9-N. Nadie espera de él fórmulas novedosas ni que abra la puerta a la posibilidad de entablar un diálogo que amenace con superar, aunque sólo sea un milímetro, las líneas rojas que marca la ley.

Rajoy no se moverá porque está convencido de que su posición se encuentra en el lado de la legalidad y la sensatez en tanto que el presidente de la Generalitat debe todavía, como advirtió ayer Sáenz de Santamaría, «asumir las consecuencias de sus actuaciones, tanto judiciales como políticas», que viene a ser lo mismo que recordarle que la Fiscalía le tiene en el punto de mira y que los ciudadanos le harán pagar el que durante dos años se haya olvidado de gobernar, pese a que Cataluña está sumida en el «marasmo financiero».

La distancia que hoy separa a Rajoy de Mas se mide precisamente ya en términos políticos, judiciales e incluso físicos. El president tiene previstos actos hoy a casi 200 kilómetros de Barcelona. Nunca como ahora la lejanía ha sido tanta, hasta el punto de que en ambos bandos abundan los que ven las relaciones definitivamente rotas.

De la visita de Rajoy no se esperan señales nuevas que permitan vislumbrar un camino de encuentro. El presidente, precedido ayer por la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, quiere abrir la campaña catalana –convencido de que la convocatoria electoral no se hará esperar– repasando las medidas que su Gobierno ha ido poniendo en marcha para evitar que Cataluña caiga en el impago y en la ruina económica.

Cospedal abrió boca ayer y también preparó el camino la vicepresidenta –secundada por el ministro de Economía, Luis de Guindos–, para quien resulta sorprendente que todavía se reclamen «propuestas en positivo» cuando, desde hace tres años, el Gobierno no ha hecho otra cosa –recordó– que proporcionarle medios financieros a Cataluña, completar e impulsar sus grandes infraestructuras e incluso rescatar alguno de sus símbolos culturales, como el Teatro del Liceo, al que la semana pasada se le concedieron cinco millones de euros.

«Hemos cumplido con nuestra responsabilidad y lo hemos hecho con mucho gusto», afirmó Santamaría para suavizar la impresión de que dichas actuaciones sean ejemplo de generosidad inmerecida. «Otros sí deberían hacer propuestas para cubrir las necesidades de los catalanes», subrayó, antes de afirmar que es Mas quien «ha abierto una dinámica de la que ahora no sabe cómo salir». «No puede esperar», puntualizó, «que los demás le demos la solución a los problemas que él ha creado».

DUDAS DE MAS CON LA LISTA ÚNICA
El presidente de la Generalitat lanzó ayer mensajes contradictorios con respecto a la lista única independentista que propone para tratar de comenzar el proceso de ruptura con España en unas eventuales elecciones anticipadas. Por la mañana, Mas abrió la puerta a renunciar a su idea – que muchos ven como un salvavidas para él y para CiU – de integrar en una candidatura a su partido, a ERC y a miembros de la sociedad civil. Pero por la tarde aclaró: «Tenemos que tomar la decisión más importante desde hace siglos y por eso es necesario ir juntos», lo que supone hacerlo «con una lista y un programa, y con un resultado claro».