EL CORREO 23/01/14
· El presidente de la Generalitat replica al jefe del Ejecutivo que presente ya su plan sobre Cataluña.
Desde que mantuvieron su último encuentro secreto en La Moncloa a finales de agosto, Mariano Rajoy y Artur Mas llevan meses jugando al escondite. Aunque ambos se hacen continuas apelaciones a sentarse a hablar –eso sí, sobre asuntos distintos–, ninguno de los dos acaba de encontrar un hueco en la agenda. Por ello, de momento, el diálogo entre los dos presidentes es a distancia, como el que mantuvieron ayer cada uno desde la tribuna de su parlamento. Se trata de una conversación de sordos a 600 kilómetros, donde ninguno de los dos se mueve de su planteamiento de salida y que se reduce a un intercambio de reproches, acusaciones y exigencias mutuas.
Tres días antes de su desembarco en Barcelona, donde se espera que fije su posición para frenar el soberanismo, Rajoy empezó a dar pistas de cómo pretende tratar de convencer el sábado a los catalanes de que la permanencia en España es lo mejor para sus intereses y la independencia, en cambio, trae consigo un cúmulo de consecuencias negativas. «Hay que explicar la verdad», instó el jefe del Ejecutivo central al presidente autonómico. «Eso es lo que yo llamo el derecho a estar bien informado», dijo.
Rajoy exigió a Mas que admita, por ejemplo, que una Cataluña independiente quedaría fuera de la UE, extremo que la propia Comisión Europea ha advertido y que reconocen amplios sectores de Unió, el socio menor de CiU. Una consecuencia que el presidente de la Generalitat se resiste a asumir porque, de hacerlo, perdería adeptos a su causa soberanista.
«Lo más importante es que la gente tenga una información cumplida de las decisiones que algunos les plantean y de las propuestas que les hacen porque lo que no se puede decir a la gente es lo que no hay», transmitió Rajoy a Mas desde el Congreso en un deabte con el diputado de CiU Josep Sánchez Llibre. El argumentario gubernamental para combatir las que, a su juicio, son las mentiras del nacionalismo catalán sobre las consecuencias de la secesión –y que Rajoy y varios ministros destaparán este fin de semana en la capital catalana– pasa por refutar la teoría del ‘España nos roba’, intenta demostrar que un Estado catalán no podrá pagar pensiones ni subsidios de desempleo y que no hay manera de celebrar una consulta porque no encaja en la Constitución.
El Ejecutivo insiste en que se trata de un problema jurídico, no político, y que el proceso soberanista no tiene salida porque los poderes del Estado se encargarán de impugnar cada paso –ley de consultas y decreto de convocatoria– que dé la Generalitat para tratar de celebrar el referéndum. El Gobierno, que hasta la fecha limita la oferta de diálogo con Mas a la búsqueda de fórmulas para mejorar el modelo de financiación y el autogobierno, está convencido de que no habrá consulta.
«Son parte del problema»
Mas, en cambio, insiste en sentarse a hablar con Rajoy sobre el referéndum y está seguro de que, «mal que le pese» al PP, la consulta «no fracasará» porque cuenta con un amplio respaldo social en Cataluña. El presidente de la Generalitat, que lleva meses reclamando una oferta atractiva al Estado que pudiera evitar la independencia, emplazó a Rajoy a presentar la propuesta que dijo que tiene para frenar el proceso soberanista. «Si tan importante es el plan, que nos lo explique», instó al presidente del Gobierno.
En cualquier caso, desde la Generalitat dan por hecho que el planteamiento de La Moncloa no les seducirá porque no incluirá la consulta y, por tanto, desoirá al 70% de la población catalana. Artur Mas siempre se muestra dispuesto a hablar con Rajoy, a quien recordó que tiene todos los «indicios» de que así es, pero para tratar del referéndum. El presidente de la Generalitat, que por fin vio ayer aprobar sus Presupuestos para este año gracias a los votos de CiU y ERC –ascienden a 31.862 millones de euros–, acostumbra a argumentar que el presidente del Ejecutivo central no puede gobernar a espaldas de lo que reclama la sociedad catalana.
En su comparecencia de ayer añadió una nueva razón por la que cree que Rajoy tiene que coger el toro catalán por los cuernos y sentarse a negociar: la de que el PP es responsable de la situación que vive ahora Cataluña. «Ustedes son parte del problema», acusó Mas a los populares. «Su obsesión por llegar a La Moncloa, por hacer mal y erosionar al PSOE, les llevó a recurrir el Estatut» en 2006, lo que a su juicio sembró la semilla de la actual deriva independentista de la sociedad. «De aquellos males vienen estas tempestades», dijo. «¿Por qué no respetaron entonces la mayoría del Congreso?», remató.
EL CORREO 23/01/14